EXAGERACIÓN Y BALANCE. ©
“Cuando de cada ocho marineros siete son timoneles, el navío termina yéndose a pique.”
Proverbio chino.
EXAGERACIÓN Y BALANCE. ©
Por Nacho Navarro.
innavalle@hotmail.com
El emperador romano Tito (9- 79) mandó que las monedas de circulación del imperio tuvieran la imagen de un delfín alrededor de un ancla. En ese tiempo, el delfín era considerado el más rápido y juguetón de los peces. El ancla representaba la estabilidad y la convicción inamovible. Buscando, según los historiadores, anclar literalmente en la mente de los habitantes de ese imperio su idea de: lograr el balance entre la iniciativa, la sabiduría, el progreso y la precaución. ¡Excelente!
Le he compartido porqué creo que la exageración de pensamientos y acciones positivas, a que nos invito, es también una manera de denominar, hoy, la excelencia, siempre conveniente, allí donde estemos; recibiendo comentarios –que agradezco- que me mueven igualmente a invitarnos a tener balance. ¡Observe!
Suele pasarnos, sobre todo si actuamos en automático; esto es, sin tomar consciencia, buscando la excelencia, ósea la exageración positiva, en nuestros pensamientos y actos en familia, trabajo, universidad, amigos, etc., que de repente, perdamos balance, sintiéndonos por ejemplo, abrumados, signo inequívoco, percibo, de esta perdida. Y después al meditar las causas, quizá detectemos fue – le puedo asegurar- puro activismo, pose, fanfarronería. Buscando –tal vez- protagonismos ramplones, que a la mera hora nos dejan cansados y sin entusiasmo, porque gastamos la energía defendiendo nuestra “importancia” y ganas de imponer lo que queremos, a los demás. Como la aplastante mayoría de marineros del proverbio chino. Naufragando en nuestros propósitos. ¿No?
De aquí la conveniencia de vivir, la exageración positiva acompañada de un balance sabio y sereno, personal. Porque si no, estaremos cercanos -¡seguro!- de estar haciendo pura faramalla; estos es, ruido, yéndonos a pique con nuestros pobres resultados.
¿Se anima?