EL LUJO DE ESTAR CON UNO MISMO ©
Por Nacho Navarro
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Al escuchar la palabra LUJO en automático -casi siempre- nos vienen asociaciones de imágenes, coincidirá, tipo estas: automóviles de alto precio, como los eléctricos de moda de una famosa marca que lleva el nombre de un sabio experto en generar esa energía; de ropa, calzado y perfumes de marcas caras; de joyas; de bebidas espirituosas de alta gama; de viajes en elegantes barcos cruceros o jets privados para visitar sitios lejanos y “paradisiacos, pero….ojo, fuera de nuestras posibilidades económicas.
Quizá aún recuerde aquella pegajosa frase que machaconamente se les repetía a las damas en los comerciales de televisión de conocida marca de cosméticos francesa, para “justificar” el LUJO de adquirirlos, al poner en boca de la modelo utilizada la tajante orden: “porque lo valgo.” Y se la creían…
Pero no deseo detenerme en lo que la mercadotecnia ha hecho creer lo qué es LUJO, sino en invitarnos a experimentar lo conveniente de entrenarnos siempre, pero hoy más que nunca, ante la pandemia mundial del COVID 19 y su variantes, para sacarle el mayor provecho en beneficio nuestro y de quienes estén cerca, de los momentos y espacios personales en soledad, quedándonos en casa, con sana distancia y todas las demás recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud(OMS) y convertirlos usted y yo en EL LUJO DE ESTAR CON UNO MISMO, por lo siguiente:
El DRAE, al definir LUJO en sus primeras cuatro menciones, alude sólo a cosas materiales. En la quinta además de cosas, YA asocia LUJO a persona valiosa, excepcional o extraordinaria. ¡Bien!
A poco más de un año del COVI 19 mundial, esta pandemia sigue dominando la agenda noticiosa, las más veces me parece, a conveniencia de quienes están atrás: políticos y farmacéuticas, principalmente.
Nos habrá pasado, con personas cercanas o con uno mismo, observar cómo hemos entrado literalmente en pánico al no poder seguir acudiendo a reuniones sociales, fiestas, bares, restaurantes, plazas comerciales, lugares de trabajo, sitios vacacionales, bajo la recomendación de quedarse en casa. Sé de personas que estar a solas, les ha representado verdadero sufrimiento.
No saben qué hacer. Desesperadas se han saturado de plataformas de TV por cable o internet, navegando de portal a portal, o enfadadas han empezado a leer -sin tener el hábito- y, pues rápido se aburren y vuelven a “distraerse” y desvelarse con TV por internet, o agachadas checando el celular o pegadas a la computadora. Negando con ello, tienen pavor de estar solas…Sí, y mucho.
Viviendo así, coincidirá, es difícil que nos caiga el veinte, como decimos aquí, y saquemos el mayor provecho a la recomendación de alejarnos de los demás -enriqueciéndonos literalmente- de la interesante experiencia, ahí donde estemos de lo que es EL LUJO DE ESTAR CON UNO MISMO. Que, por cierto, es gratis. No hay que salir de casa, ni ir a lugares especiales. Por esto que le comparto:
Hace tiempo escuché de un talentoso fundador de pionera y exitosa escuela de negocios en México, esta anécdota que confirma, creo, lo valioso que es estar a solas y en silencio:
Se dio entre Bill Gates y su mamá, estando él callado y solo en su habitación; ella le inquirió un poco preocupada. “Qué haces hijo.” A lo que Gates le respondió: “Estoy pensando mamá.”
Y usted y yo, ya sabemos y seguro estemos utilizando en nuestras computadoras, lo que desencadenó este silencio y soledad, no sólo para bien de Bill, sino para la humanidad entera….
Afortunadamente hoy, hay serias investigaciones a nuestro alcance, que confirman la interesante y provechoso de estar solos y en silencio. Aquí estas dos:
La de la norteamericana Francie Healey consejera en salud y bienestar en su libro Honjok El arte de vivir en soledad de Ed. Planeta 2020.
O las sustentadas experiencias y reflexiones del inteligentísimo africano de Guinea Robert Sarah (75) La Fuerza del silencio Ed. Palabra 2020.
Ambas investigaciones demuestran me parece, la magnífica oportunidad que tenemos usted y yo de experimentar, ahí donde estamos EL LUJO DE ESTAR CON UNO MISMO.
Le invito y deseo lo mejor, siempre