Por Nacho Navarro
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Seguramente a usted su abuelita o mamá le repitió, lo que las mías siendo niño hicieron para formarme: “la ociosidad es la madre de todos los vicios.” Y claro, fueron bien intencionadas para evitar, como decimos aquí: volvernos flojos y presionarnos con la tarea o ayudarles a las labores domésticas: barrer, trapear, hacer mandados y/o ir a las tortillas, como le pasó a un amigo…… aunque hiciera calor o lloviera. ¿Su premio? Devorarse unas tortillas con sal (burritos) que repartían en la fila de espera y lo mejor……quedarse con el vuelto. Lo que, en términos gerenciales, por lo beneficios arrojados, hoy, ese OCIO infantil forzado en CONVENIENTE bien equivale a un: Ganar, Ganar. Estará de acuerdo.
Pero no deseo escribir sobre anécdotas infantiles, sino de lo interesante de entrenarnos a aprovechar y gozar del OCIO CONVENIENTE que tenemos y, quizá, no nos damos cuenta, aún; por lo siguiente:
Posiblemente conoce la anécdota que escuché de un maestro, sobre el entonces joven Bill Gates (61), a quien su preocupada mamá al verlo pasar horas en su cuarto silencioso, sin hacer nada -aparentemente- le preguntaba: “que haces”, a lo que él le contestaba: “pensando mamá, pensando”. Hoy sabemos, lo que estar así de ocioso, acabo por convertir a Gates: uno de los más ricos del mundo y, mejor: creador contemporáneo de accesible y valiosa herramienta. El sistema operativo Windows, según Wikipedia, está instalado en la mayoría de computadoras personales del planeta.
En esta línea, resulta interesante, observo, lo que desde 2014 viene proponiendo nuestro paisano empresario Carlos Slim Helú (77), quien aparte de fundar o comprar empresas, ha sido profesor -aun siendo alumno en la misma carrera de ingeniero civil, de álgebra y programación lineal de la UNAM: Trabajar menos -tres jornadas de 11 horas cada una a la semana- y tener más tiempo libre, como él mismo razona:
«Con tres días laborables a la semana, tendríamos más tiempo para relajarnos, por calidad de vida. Tener cuatro días (libres) sería muy importante para generar nuevas actividades de entretenimiento y otras formas de estar ocupado.”
Y por ejemplo, en su empresa telefónica, una vez adquirida al gobierno mexicano, Don Carlos en acuerdo con el poderoso sindicato telefonista, incorpora en el contrato colectivo de trabajo, la opción para quienes pudieran retirarse antes de los 50 años, seguir laborando con sueldo completo, sólo cuatro días a la semana. Con esto, el Ing. Slim identifica la conveniencia de que las personas sigamos activas, aun después de las actuales reglas de jubilación forzada, en la mayoría de los casos: 65 años. Su propuesta: hacerlo entre los 70 y 75 años. Él es un ejemplo constatable, sin duda. (portal El Financiero FINANCIAL TIMES 18 junio 2014).
En estos casos, coincidirá, subyace el interesante reto de convertir al OCIO en CONVENIENTE, que ya usted y yo tenemos fuera de nuestros horarios de trabajo, y hoy puede que no lo hagamos, quizá influidos; entre otros motivos, por el tráfico, el calor, ruido exterior y también, conviene admitir, traemos dentro de nuestras cabezas, que hace estar poco acostumbrados a callarnos la boca y sí muy proclives a hablar y hablar sin parar o -lo peor- sin pensar conscientemente, como me comenta un amigo le ocurrió cuando invito a un retiro de silencio de tres día a dos amigos, uno banquero, otro ingeniero, mis respetos para estas profesiones. Ambos abandonaron el lugar casi de inmediato, antes de volverse “locos” -según le expresaron- al pedirles guardaran silencio. Una de las practicas -el silencio bocal y mental- milenarias más poderosas, al alcance de todos.
¿Se imagina los potenciales Bill Gates o Carlos Slim, que existen en cada uno de los miles de jóvenes NINIS de aquí y de todas partes, si pensaran en esos espacios de OCIO forzado, para volverlo CONVENIENTE?
De aquí que le invite a entrenarnos, bien acompañados si se puede, identificando tranquilamente cuánto de nuestro OCIO lo hacemos CONVENIENTE para usted, para mí. Para todos.
¿Se atreve?