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INSPIRACIONES QUE INSPIRAN ©

Por Nacho Navarro
nachocontracultura@outlook.com

En reciente reunión de negocios, se planteó esta pregunta: ¿dónde encontrar inspiraciones que nos inspiren adecuada y poderosamente?
Para no meternos en camisa de once varas, como decimos aquí, y acordándome de mi experiencia con directivos japoneses en Aguascalientes, sugerí analizar algunos aspectos de la trayectoria del exitoso empresario japonés Kazuo Inamori (81) del que recientemente la televisión pública japonesa NHK World, presentó un magnifico documental sobre su vida, que a su vez ha inspirado la de cientos de emprendedores de todos tamaños de ese país. Por espacio, brevemente le comparto lo siguiente:
Primero, el señor Inamori admite tranquilamente que su gran inspirador fue nada menos que el gran Konosuke Matsushita (1894-1989), fundador de la National Panasonic, hoy presente en todo el mundo con sus aparatos electrónicos, y reconocido por su especial dedicación a formar e impulsar el talento humano de sus colaboradores, además del desarrollo eléctrico-tecnológico.
Kazuo Inamori ha sido reconocido por varias universidades de Japón, Estados Unidos y Reino Unido, otorgándole el doctorado honoris causa. Desde 1984 la fundación que lleva su nombre y recursos, destina gran parte de los mismos a apoyar los campos de tecnologías avanzadas, ciencias básicas, filosofía y artes, lo mismo que otorga el premio Kyoto a grupos que se dedican a mejorar la comunidad global y a la humanidad.
Su conglomerado industrial Kyocera (de Kyoto y cerámica) que fundó a sus 27 años, hoy emplea a más de 30mil personas con presencia global y productos de calidad en ramas de impresión y fotocopiado, aparatos celulares, entre otros. Así mismo el señor Inamori es dueño de la segunda red de telecomunicaciones japonesas, la KDDI.
Hasta 1997 ocupó la presidencia y dirección general de su conglomerado industrial, conservando el de director emérito. De 2010 hasta abril de este año, fungió como representante y director general de la principal aerolínea japonesa JAL.
Preside y es voluntario de la escuela privada sobre gerencia Seiwajkuyu, con aulas en 70 localidades, 16 fuera de Japón, donde ha enseñado su filosofía directiva a más de 8000 empresarios de diferentes países.
Dos cualidades que le describen y resume como un admirable y conveniente inspirador observo, es su sencillez e inteligencia. Siempre está disponible para quien quiera abordarlo, ya sea en su oficina (siempre abierta y decorada igual que los demás) y en las múltiples invitaciones que le hacen para impartir conferencias dentro y fuera de Japón; no trae guardaespaldas, ni es proclive a ningún tipo de ridícula parafernalia que acostumbran, por cierto, muchos conferencistas de moda. Sin que por ello rompa el señor Inamori, percibo, la tradicional cultura japonesa de respeto y veneración al escalafón y a los mayores vivos, mucho menos pertenece al tipo de empresario-directivo que a punta de billete y anuncios por la propaganda de relaciones públicas, “logra” reconocimiento y fama.
En 1997 se ordenó monje budista, y sigue siéndolo sin ningún complejo de personalidad evidente. Si usted lo mira, es el mismo genio sencillo.
Participa en distinguidas organizaciones, como la Cámara de Comercio e Industria de Kyoto, donde es director emérito; miembro extranjero de la Academia Sueca de Ciencias e Ingeniería; fideicomisario emérito del prestigiado Instituto Carnegie de Washington y asociado extranjero de la Academia Nacional de Ingeniería de los Estados Unidos. Ya no sigo.
Y sí, después de constatar la inspiradora vida del señor Inamori, de quién le inspiró y a quienes viene inspirando magníficamente, uno no puedo estar más de acuerdo que con el atinado diagnostico sobre la clase empresarial de aquí, realizado documentadamente por nuestro genio mexicano Gabriel Zaid (79), cuando afirma ya desde el nombre de su libro: “Hacen falta empresarios creadores de empresarios” (Editorial Océano 1995). ¿Se imagina si hubiera Kazuo Inamori mexicanos?
Por lo que le invito: busque quien le inspire e inspire. Y por favor, no me lo crea.
Mejor, inténtelo.

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