Por Nacho Navarro
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Conozco a un talentoso líder y empresario de Guadalajara que tiene una interesante manera de describir su experiencia viviendo la paciencia, aquí y ahora, usando para ello el título de esa famosa canción de Los Beatles: “El largo y sinuoso camino.”
En otras palabras, lo difícil que le resulta, y que no le sale ni a la primera, ni a la segunda vez…..El número que tiene que hacerlo para tener paciencia, sólo él lo conoce. Lo que si me consta, es su éxito en la empresa y en todo donde colabora, lo mismo que lo buen mentor de sus colaboradores, amigos, familiares y vecinos.
La paciencia, coincidirá, siempre es necesaria, aunque raras veces nos vemos inclinados a examinarnos cómo la vivimos allí donde estamos y menos a entrenarnos a incorporarla a nuestra forma de responder ante la vida. No se diga si estamos en medio de los “cotidianos” embotellamientos vehiculares o en las filas de las cajas registradoras de los supermercados los días de quincena o de alguna dependencia gubernamental.
Lo más probable, es que detectemos que nos falta una buena dosis de paciencia, quizá influidos, adicional a esta inmovilidad urbana, aglomeración humana e incompetencia gubernamental, entre otras, por la cultura que nos introyecta, observo, necesidades de rapidez de navegación y/o comunicación en nuestras computadores y equipos móviles de comunicación, como nunca. Sin dejar de reconocer su aporte valioso a la conectividad con otras personas, por supuesto.
Así, si queremos avanzar y aprovechar mejor nuestros talentos y capacidades personales, sin duda, conviene ayudarnos mutuamente a vivir mejor la paciencia, empezando primeramente a reconocer cuán pacientes usted y yo somos; que no significa o aplica, me parece, sólo para cuando estamos enfermos, inmóviles o paralizados de susto y miedo, por ejemplo.
Bien haremos si nos entrenamos inteligentemente acompañados de buenos mentores, entrenadores o asesores para que en nuestra ya de por sí agitada vida metropolitana, subamos, por decirlo así, las dosis y veces en que usted y yo, actuamos pacientemente, no importa el título, posición, rol que tengamos en nuestra familia, negocio o trabajo y en general en la sociedad, hoy. Todos ganamos, usted y yo, primero. Le comparto:
Hace casi 300 años el gran científico inglés Sir Isaac Newton reconocía: “Si he hecho descubrimientos invaluables ha sido más por tener paciencia que cualquier otro talento.” Gracias a su paciencia, murió de 84 años, desde entonces en el mundo entero tenemos bien pensadas respuestas a un sinnúmero de acontecimientos que a diario usted y yo experimentamos y que sin la paciencia de este talentoso observador, no las tendríamos disponibles.
De esto trata, la magnífica fábula plasmada en la recomendable película independiente norteamericana de 2011 Siete días en Utopía, sobre la vida de un talentoso joven golfista que pierde su magnífico juego, por impaciente, solo para reencontrarlo apoyado por un magnifico entrenador.
Lo mismo observaba el padre de la gerencia moderna y científica, Peter Drucker (1909-2005) en quienes actúan como ejecutivos eficientes: “Saben que tomar decisiones apresuradas es tomar decisiones equivocadas”
¡Qué le parece!
¿Nos atrevemos a entrenamos pacientemente?