ENTRENANDONOS PARA LAS DIFICULTADES ©
Por Nacho Navarro
ignacionavarrova@hotmail.com
Sonará rara y hasta descabellada, esta invitación que nos hago: entrenarnos para las dificultades, allí donde estemos.
Porque coincidirá, independientemente de quiénes seamos, qué queramos, dónde estemos, qué hagamos o tengamos y qué creamos, nadie se escapa de tenerlas; están en nuestra vida, lo queramos o no. ¿Sabe de alguien que no tenga?
Las hay de todo tipo, con sus más y sus menos, por supuesto, aunque no deseo detenerme en ello, sino en lo interesante creo de aceptarlas y mejor, aprender entrenándonos cómo sacarles provecho.
No piense que estoy en pro de volvernos masoquistas y negativos provocadores o buscadores de dificultades y molestias, para nada. Invitándole sí, a serenamente aprender; por ejemplo, de gente que vive sacándole valioso beneficio a sus dificultades, como esta que le comparto:
Marcia Dorsey norteamericana, mamá del cofundador de la muy utilizada y reconocida red social Twitter que abiertamente admite cómo ella y este hijo, Jack Dorsey (36), han tenido que lidiar con problemas desde muy pequeños; por ejemplo, con el lenguaje, que pudieron superar y corregir con oportuna terapia de conversación, que permitió, en el caso de su hijo, ya desde muy pequeño hablar en público y, después, ganar competencia de oratoria a partir del quinto grado de primaria.
Así mismo, ella y su esposo con espíritu emprendedor, cada quien por su lado, abrieron negocios propios -una cafetería, ella- y con esto, explica, expusieron a su hoy rico y famoso hijo (el primero de tres) a experimentar sus personales éxitos y problemas como padres con negocio propio, sin imaginar su impacto y los posteriores buenos resultados en Jack como empresario con Twitter y de mensajes por celulares, en Square.
También, orgullosa mujer y mamá, admite que fomentar en los hijos el coraje para intentar cosas nuevas y ofrecer oportunidades a veces es la más difícil; lo fácil, según expone, es esperar que los hijos tengan la capacidad, el coraje y la suerte de ir detrás de sus sueños, por lo que remarca: “ lo principal es saber que siempre habrá dificultades en la vida, y enseñarles a nuestros hijos a sacar ventaja de las oportunidades para cambiarlas es una, si no la mejor, de las cosas que podemos trasmitirles.” (The Wall Street Journal. Mayo 7/13).
Sin duda, una realista e imitable experiencia, aplicable me parece también en México, porque estará de acuerdo, observamos y escuchamos incisivos infocomerciales; esto es, publicidad comprada en montadas entrevistas, artículos, libros, conferencias y “talk shows” en radio y tv., a modo, perdón por el anglicismo, con “soluciones” diversas; desde para que llegue la abundancia y prosperidad a nuestras vidas; hasta alcanzar rápidos ascensos en los trabajos o formas de abrir y dirigir negocios, haciéndonos, “prometen”, de mucho dinero y felicidad, por mencionarle algunos de los resultados que venden y nos vamos con la finta, como decimos aquí, influenciándonos muchas veces, a cargarnos del lado de lo fácil, casi mágico, para así estar a la moda y lucir positivos, negando o aparentando “felices” no tener dificultades.
Y hechos de que no funciona esto, a los expertos llaman publicidad de soluciones “milagro”, los encontramos todos los días, desafortunadamente; como el de la talentosa directiva de un grupo empresarial de Guadalajara que ha tenido que enviar más de 100 correos electrónicos al INFONAVIT para que al fin le contesten secamente: “atenderán su solicitud”; o los 2.5 millones de desempleados que hay en nuestro país de enero a marzo pasado, que sumamos a los desempleados de todos los países que integramos la OCDE, da la nada honrosa cifra de 48.3 millones, o los 28,2 millones de mexicanos que transcurren en la inconveniente informalidad, según INEGI en el mismo periodo (El Economista mayo 10/13); o la alta mortalidad empresarial que se da en nuestro país y nos alertan de ello (Carlos Slim Helú encuentro con estudiantes en el D.F. http://www.carlosslim.com/desde_slim_miraflores.html ); provocadoras invitaciones, en todos los casos, me parece, a mejor entrenarnos en las dificultades y no morir de coraje en el intento de superarlas.
¿Se atreve?