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COHERENCIA NECESARIA ©

Por Nacho Navarro
innavalle@hotmail.com ignacionavarrova@hotmail.com

Un día iba por el campo de Asís Italia el desapegado – hoy mundialmente reconocido- Francisco, cuando un aldeano le empezó a reprochar su marcada hipocresía con la que, en opinión de este sujeto, nomás engatusaba a las personas, además de atribuirle una evidente locura, ocultada, según el mismo hombre, en una falsa pobreza y austeridad, a lo que el ex fiestero Francisco, contestó: “dices estas cosas porque no me conoces, si de verdad me conocieras, peores cosas dirías de mí”, y se alejó. La historia acaba con la reacción del indignado sujeto ante esta conducta; exclamando: “de verdad, es un santo.”
Este magnífico relato contextualiza, percibo, lo que deseo compartirle, brevemente.
Recientemente, tuve acceso al análisis y conclusiones que hizo un interesante Focus Group en Guadalajara, liderado por expertos en potencial humano, del por qué grupos criminales, principalmente los relacionados con el narcotráfico, atraen en nuestro país a muchos jóvenes, a grado tal, que no les importa poner en riesgo su vida, que en muchísimos casos, pierden, lamentablemente, versus otros grupos, en donde nunca se arriesga, ésta.
La tercera conclusión, en orden de importancia de la que me ocuparé fue: la coherencia de los criminales, después de querer obtener altos ingresos rápidamente (en primer lugar) y la proclividad cultural de las y los mexicanos a la corrupción (la segunda). A propósito de estas primeras dos, le invito conozca los reveladores datos que el semanario El Observador www.elobservadorenlinea.com en su número 897, reporta de los preocupantes promedios de cumplimiento ciudadano en México, comparado con otros países latinoamericanos.
Pero volviendo a la coherencia de los criminales, la cual, de entrada y a bote pronto nos puede sonar bárbaro; sin embargo, reflexionándolo tranquilamente, observo subyace en ella, interesantes aprendizajes que nos pueden ayudar a unir aquello que creemos y vivimos, y que ya el diccionario de la lengua española define como coherencia: “actitud lógica y consecuente con una posición anterior.”
En el caso analizado, la tercera razón que les motiva a incorporarse a esos grupos, la coherencia, es porque los jóvenes ven, según estas conclusiones, cómo los miembros de esos grupos delincuenciales, sí unen lo que creen con lo que hacen, aún con todos los peligros de la criminalidad; nada fácil, por cierto, y así, aunque parezca raro, mediante su coherencia, obtienen lo que quieren: dinero y poder, principalmente; aunque deban mentir, traicionar y corromper, como hacen los tranzas y criminales, comúnmente.
Si le comparto este análisis y conclusiones, no piense estoy a favor o defendiendo dichas conductas o aquellas de cualquier manera incoherentes, en donde sea. Para nada.
Más bien, para invitarnos a indagar tranquilamente que una de las poderosas razones, por las que quienes están cercanos a nosotros o conocen, confían proporcionalmente en usted y en mí, es cuando observan en nuestra conducta, precisamente coherencia, entre lo que creemos y a la mera hora, vivimos. O viceversa, se alejan desconfiados.
Y una manera de hacerlo, observo, es comenzando por aceptar que nuestras acciones son muchas veces poco o nada coherentes y frecuentemente influidas recíprocamente con quienes convivimos, seguido de un consciente entrenamiento personal, apoyado; por ejemplo, del modelo que la historia registra y compartí al inicio, del grande de Asís, cuando así respondía y dejaba perplejos a sus críticos detractores, ante sus inoherencias.
¿Acepta el reto?

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