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EN MEDIO Y SERENOS ©

EN MEDIO Y SERENOS ©

Por Nacho Navarro
innavalle@hotmail.com y twitter NachoNavarro8

El experto en negocios y gerencia Peter F. Drucker (1909-2005) declaraba que tenía el gusto de quedarse siempre con lo mejor de todos y de todo, aunque esta actitud le había “ganado” a lo largo de su vida el disgusto y descalificación de los de uno y otro lado; como si la verdad, lo mejor y el bien fuera reservado o exclusivo a ciertas personas. Negando esta cultura extremista, la más valiosa cualidad humana: la libertad, que el mismo Drucker invitaba a vivir y expandir.
Porque seguro nos ha pasado más de una vez, que decididos a favor de lo que nos hace mejor, nos topamos con la desorientación extrema de los expertos, esa que; por ejemplo: en alimentación hoy, condenan consumir carnes rojas, harinas, vinos y lácteos como si no hubiesen sido alimentos consumidos por miles de años y ahora están a “favor” de sólo comer frutas, granos y verduras, o viceversa; olvidándose estos expertos extremos percibo, de lo más conveniente de la alimentación: sentirnos satisfechos, a gusto y sanos. Punto.
Y una de las causas que creo explican el por qué de estos extremos –habrá más por supuesto-, es que venimos, por lo menos, en los países latinos; por un lado: de una vieja cultura que buscaba a toda costa la “unanimidad” en todo y en todos, construyéndose así, observo, un arquetipo del estar de “acuerdo” -muy simulado, conviene reconocer- que, entre otras cosas, comprimió nuestra creatividad y natural diferencia, y del otro: que nos fuimos al extremo opuesto, a casi nunca salir de acuerdo, a oponernos a todo y a todos; sobre todo si no fue idea nuestra, provocando este extremo, igual de negativas consecuencias al no poner en acción o diferir, en el mejor de lo casos, inteligentes y convenientes sugerencia.
También, conviene advertir con optimismo, lentamente vamos abandonando los extremos y empezamos a externar y poner en acción con más confianza las creencias, gustos y preferencias –de otros y nuestras- a favor de lo que pensamos es mejor, sin que por ello forzosamente coincidamos o estemos de acuerdo, “unánimemente”; eso sí: queriendo serenamente lo mejor para los demás y nosotros, siempre.
Por esto Aristóteles (384 – 322 a. C) y los sabios de la edad media -mal entendida, muchísimas veces- encontraban acertado y conveniente practicar en todo y con todos, la cultura de ubicarse EN MEDIO de todo y, así, vivir libres de los inconvenientes extremos, por exceso o déficit, que sólo conducen a un desgaste personal, impresionante. Un claro ejemplo de no practicar esta cultura de EN MEDIO observo, la tenemos en esta crisis económica mundial, como muestra de vivir los excesos: de un lado la usura y codicia, del otro, el sobre endeudado paternalismo gubernamental, que nos tienen al borde de un colapso global, sin precedentes.
De aquí que nos invite a practicar la sana cultura de vivir EN MEDIO, que no en la mediocridad, porque como dice el inteligentísimo mexicano Gabriel Zaid (Mty. 1934- ) “Es absurdo desanimarse porque hoy, como en todos los tiempos, predomina la mediocridad. No juzgamos a los tiempos pasados y presentes -añado- por sus legiones de mediocres, sino por sus milagros.”
¿Se atreve a ser parte de uno?

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