PLANEACIÓN Y ESTRATEGIA ©

Por Nacho Navarro
innavalle@hotmail.com

Observo vivimos en medio de una cultura que entre otras cosas nos ha configurado desde hace muchos años, en esa imagen que especialmente a las y los mexicanos nos identifica humorística y hasta sarcásticamente, creo, como las mujeres y los hombres del mañana, porque sí hacemos PLANEACIÓN –¡bien!- del mañana, y nos decimos y repetimos a quienes están cercanos; por ejemplo: mañana llego puntual; mañana dejo de tomar; mañana ya no digo mentiras; mañana pago mis deudas; mañana me levanto temprano; mañana me pongo a dieta;, mañana hago ejercicio; mañana no chismeo; mañana te llamo; mañana no haga transas…mañana, mañana. Y frecuentemente sólo queda en eso. ¿Y la(s) acción(es) inteligente(s), correspondientes? ¡Bien, gracias!
Aquí entra lo creo conviene para que esa PLANEACIÓN –la que usted decida o quiera- funcione: la ESTRATEGIA, que como decía el experto Peter F. Drucker (1909-2005), juntas “…no es una caja de trucos, un manojo de técnicas. Es pensar analíticamente y dedicar los recursos a la acción.” Y advertía: “Es el proceso continuo de tomar sistemáticamente, en el presente, decisiones…”
Y puede que usted y yo tengamos las “razones” que quiera para, en el mejor de los casos, quedarnos en la planeación y no pasar a la ejecución, incluso porque inconscientemente y puede que conscientemente, también, la cultura allí donde estemos, no sea favorable a tener orden, constancia, disciplina –con la carga emocional negativa que le colgamos para justificarnos- o por la dispersión con que desaprovechamos a nuestro favor las inmensas capacidades mentales-neuronales y así, andamos con la mente del tingo al tango, si nos descuidamos, en puras tonterías (le reto a que por un instante a la hora que quiera del día se percate de lo que piensa en ese momento; verá la basura que traemos en la cabeza) y no aterrizamos las cosas, o las aterrizamos influidos por otra de nuestras culturas mexicanas, clásicas: al ahí se va….¿No?
Por lo que reconociendo lo difícil que nos resulta adoptar, allí donde estemos, el conveniente entrenamiento para asociar la PLANEACIÓN y la ESTRATEGIA, siempre, le comparto algo que creo nos ayuda, sin duda, a lograrlo hoy y que San Agustín (354-430) decía, pero sobre todo -percibo- puso en práctica, exitosamente: “Uno ora por milagros pero trabaja por resultados.”
¿Nos atrevemos?