DEPORTES Y VIDA. ©
DEPORTES Y VIDA. ©
Por Nacho Navarro.
innavalle@hotmail.com
El gran John Henry Newman, cardenal inglés (1801-1890), decía: “Nada ocurriría si el hombre esperara algo tan bien que nadie encontrara un defecto en ello.” En otras palabras, podríamos decir con el experto estadounidense John C. Maxwell (1947- ): “no finja ser perfecto.” Esto aplica, percibo, a mucho de lo sucedido en los partidos de arranque del mundial de fútbol 2010 y a los siete encuentros para definir al actual campeón del basquetbol profesional de los Estados Unidos.
Como aficionado, disfruto los deportes sin tenerle que ir a algún equipo en particular. ¡Por supuesto!, deseo que la selección mexicana logré un excelente desempeño, acorde al esfuerzo y mentalidad que los jugadores pongan en cada partido.
En mi trabajo de entrenador y consultor empresarial y directivo, observo mucho paralelismo de lo que sucede en los deportes, con la vida diaria. Me explico:
El desempeño de las selecciones sudafricana (con su golazo y empate con México), alemana (goliza a Australia y pérdida con Eslovenia), inglesa (dos inesperados mediocres empates), argentina (dos triunfos, el segundo contundente), mexicana (mediocre empate y contundente triunfo a Francia), italiana (actual campeón, exhibiendo un juego lejos de un campeón), así como el de los equipos de basquetbol profesional norteamericano, los Celtis de Boston y los Lakers de Los Ángeles, donde ambos tuvieron buenos y malos partidos, respectivamente –sin planearlo, creo-, junto con las simultaneas, buenas y malas, actuaciones de los excelentes jugadores laguneros Pau Gasol (Barcelona 1980-), héroe en el último partido y Kobe Bryant (Filadelfia 1978-), nombrado el jugador más valioso de las finales, demuestra, en mi opinión, que hasta los más buenos fallan, repetidas veces. Y los menos buenos, también.
Con sus más y sus menos, por supuesto, suele pasarnos, allí donde estamos, algo parecido; nos desempeñamos bien y logramos lo que deseamos, pero sin quererlo –¡de repente!- nuestro comportamiento deja mucho que desear y no logramos lo que queremos. ¡Igual que en los deportes!
Lo interesante de esta realidad, como lo anotaba el inteligente Newman, es que nos conviene que los defectos – todos tenemos- no paralicen en nuestra vida, la mejora continua. Por el contrario, con el apoyo adecuado, ¡superarnos!
¿Qué le parece?

