Por Nacho Navarro
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Seguramente habrá visto imágenes a color tomadas desde el espacio de nuestro planeta. Coincidirá, además de espectaculares, en todas destaca el color azul profundo predominante; esto debido a lo inmenso de los océanos que cubren la mayor superficie de nuestra casa común: la tierra.
Pero no deseo detenerme en el interesante y basto campo de la geografía y conquista espacial, sino de lo conveniente de hacernos conscientemente consientes, de cómo influir para hacer de nuestros espacios donde habitualmente estemos, ZONAS AZULES. Por lo siguiente. Le comparto:
“Los secretos de una vida prolongada” fue el título del reportaje que en su edición de noviembre de 2005 la revista National Geographic publicó del periodista, autor y experimentado excursionista norteamericano Dan Buettner (58), donde narra sus interesantes observaciones sobre el impacto favorable en la calidad de vida de sus habitantes, producto de comportamientos saludables y sociables que les permitían tener no solo una vida más prolongada, sino más tranquila, sin enfermedades crónicas y por ende más feliz, también.
Desde entonces, a través de sus libros, charlas y entrevistas Buettner es un entusiasta promotor de la creación de ZONAS AZULES en el mundo, convencido de los beneficios que provocan en el medio ambiente y personas que habitan, hasta hoy, al menos en cinco diferentes lugares -según documenta Dan- los beneficios de estos comportamientos: Okinawa Japón, Cerdeña Italia, Icaria Grecia, Loma Linda California y Nicoya Costa Rica.
Por esto, desde hace tres años, en el sur de Florida, en la ciudad de Naples e impulsado por centros médicos de la zona, se inició el proyecto ZONAS AZULES con resultados ya positivos en sus habitantes verificables a través de estos tres indicadores de nivel y calidad de vida, respectivamente: a) tienen el doble de ingreso per cápita promedio (80,000 USD); b) la mayor expectativa de vida, 83.4 años y c) el menor porcentaje (10%) de población con obesidad, de los EE. UU.
Lo que ha inspirado a que escuelas y supermercados de esa localidad, voluntariamente se conviertan en ZONAS AZULES adoptando medidas prácticas; como, por ejemplo: en los cumpleaños de sus alumnos, la escuela Pelican Marsh ha dejado de repartir pasteles, donas y demás bocadillos azucarados, a cambio de pedir a los papás, donen esas cantidades. Lo mismo un supermercado ha puesto fuera del alcance de los niños los cereales azucarados, evitando con ello, ponerlos en los carritos del lugar, que, colocando en sus refrigeradores para venta, más botellas de agua, que refrescos con mucho éxito. Allí existen también, supermercados con caja sólo para cobrar artículos bajos en calorías (cfr. sitio bbc/news/mundo 25 de junio 2810).
Similares a las acciones -percibo- que el premiado Nobel de economía 2017, el economista norteamericano Richard H. Thaler (72), comparte y sugiere para mejorar los comedores de las escuelas de los EE. UU, en su recomendable libro Un pequeño empujón (Taurus 2009).
Así Dan propone para hacer de nuestra vida y espacios ZONAS AZULES, estas nueve acciones:
1.-Encontrar un propósito de vida; 2.-Comer más vegetales; 3.-Meditar; 4.-Tomar vino moderadamente; 5.-Reforzar los vínculos familiares; 6.-Comer sin llenarse o la regla del 80% de saciedad; 7.-Caminar; 8.-Socializar y 9.-Vincularse con alguna creencia o fe religiosa.
Igual de conveniente y complementario observo, con lo que el pasado 12 de julio en el sitio del New York Times en español se publicó del interesante reportaje de Tara Parker-Pope:
*La influencia en nuestra vida de: con quiénes nos relacionamos. Más incluso, que una dieta -citando a Buettner. Como puntualiza esta reportera.
¿Le suena?