LAS BUENAS MANERAS ©
Por Nacho Navarro
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¿Cuándo fue la última vez que al estar conviviendo con alguien, cercano(a) o no, experimentó una placentera sensación de, en verdad, pasarla bien?, o por lo contrario, la mala experiencia de lo que hoy se denominan y, por desgracia, se expanden a cada rato y por todos lados: relaciones tóxicas. Esas que a usted y a mí nos dejan, casi siempre, malhumorados, cansados y con ganas de no volver a encontrárnoslas, coincidirá. O peor, cuando somos los tóxicos(as) y no lo admitimos y/o atribuimos a los demás.
La respuesta, usted la conoce, pero de seguro que el agradable placer experimentado en las convivencias-relaciones, estuvo influido por lo que en el mundo de la industria del reclutamiento de personas se conocen como: habilidades blandas.
Aunque de entrada, conviene aceptemos tranquilamente que nadie, usted y yo en primer lugar, somos perfectos(as), máxime cuando por motivo de nuestro rol en el hogar, trabajo o negocio, escuela u ONG en que participamos, tengamos más responsabilidad.
De aquí lo interesante, observo, de que nos entrenemos para convertirnos en personas, no sólo con habilidades o capacidades específicas de “x” o “y” disciplina para nuestro buen desempeño, lo que está muy bien y siempre recomendable; sino en LAS BUENAS MANERAS de comportamiento individual. Nada fácil. Le comparto.
Un reciente reporte de influyente diario de negocios norteamericano, evidencia que cada día es más difícil encontrar candidatos a puestos laborales que pueden comunicarse con claridad, tomar la iniciativa, resolver problemas y llevarse bien con los compañeros de trabajo.
Estas cuatro habilidades, en opinión de los expertos pueden diferenciar a un empleado sobresaliente de uno regular, o para decirlo en español: mediocre.
En 2015, este mismo diario encuestó a 900 altos ejecutivos, donde el 92% de ellos reconocen que estas cuatro habilidades, son más importantes que las técnicas. Así mismo, 89% de los mismos admitió pasar apuros para encontrar candidatos con estas habilidades.
La red social de contactos profesionales LinkedIn, analizó los perfiles de sus miembros quienes habían solicitado dos o más trabajos, habiendo cambiado de empleo entre 2014 y 2015 e identificó cuáles son las cualidades sociales más buscadas por los empleadores, siendo estas 8: capacidad de comunicarse, seguida de la de organización, capacidad de trabajo en equipo, puntualidad, pensamiento crítico, habilidad social, creatividad y capacidad de adaptación.
Encontrar estas HABILIDADES BLANDAS o SOCIALES expone el reporte, a veces es tan difícil que llevaron a los directivos de un famoso restaurante en los Estados Unidos a colocar un letrero en el exterior, solicitando trabajadores con “sentido común”.
Muchos empleadores, frustrados por la dificultad de hallar candidatos con las habilidades blandas adecuadas, han adoptado prácticas de contratación más rigurosas.
Por ejemplo, una cadena de tiendas de mascotas norteamericana, para los puestos de más alto nivel, invita a los candidatos y a sus parejas a cenar con el resto del equipo directivo, para que puedan ver cómo tratan a su familia. También les pide a sus empleados que hagan una evaluación de cada nuevo colega a los tres meses de que éste haya empezado a trabajar.
Sus propietarios experimentan un menor número de candidatos que puedan mantener una conversación, quieran interactuar con la gente y estén dispuestos a destacarse. “Tratar de encontrar gente así es cada vez más difícil”, comparten. (Cf. TWSJ 27 de septiembre 2016)
Y al revisar este reporte, recordé una habilidad de la interesante personalidad del norteamericano fundador de la cadena de supermercados más grande del mundo, el cual tenía como buena cultura, dirigirse por sus nombres con sus cercanos colaboradores y con los encargados de sus tiendas, lo mismo que preguntarles por la situación de sus familias, en particular. (Cf. La cultura Wal-Mart de Robert Slater Ed. Aguilar 2007).
Le invito a que las incorporemos.
¿Se le antoja?