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MONJES MANEJANDO AUTOS DEPORTIVOS ©

Por Nacho Navarro
innavalle@hotmail.com ignacionavarrova@hotmail.com

L´Osservatore Romano se refirió a él con estas palabras: “¿Pirata o pionero? La última palabra la tiene la historia. Por ahora lo que queda son sus geniales creaciones.” Y me parecen precisamente de una genialidad sorprendente sobre lo que fue en pocas palabras la personalidad y legado de uno de los mejores genios de nuestra época. Steven Paul Jobs (1955-2011), sin duda, a un año de su muerte, de los mejores arquetipos de lo que es un iconoclasta siglo XXI, percibo.
De Steve Jobs, se han dicho, filmado y escrito afortunadamente muchísimas cosas, casi todas sobre su vida como joven innovador revolucionario, empresario y directivo en la competitiva industria de la tecnología electrónica, música y las telecomunicaciones.
Recientemente el canal Discovery le dedicó un capítulo de su excelente serie Titanes, con voz e imagen; por ejemplo, de su ya clásico discurso en Stanford de 2009 donde Jobs compartió, la clave de su éxito:”…Confiar en algo, tu instinto, destino, vida…Nunca me ha fallado…”
Pero observo hay aspectos de su vida personal que muy poco se destacan y que igualmente le influyeron poderosamente en cómo vivió etapas claves de su vida; aquí algunas que le comparto brevemente, por espacio:
Hijo adoptado, agradecido.- Recién nacido, fue dado en adopción a una pareja de clase media, de quien recibió buen ejemplo y con sus ahorros apoyo para educación en universidad privada, la cual abandonó al poco tiempo, según el mismo Steve, por su rebeldía, que pudo haberlo llevarlo, incluso, a ser detenido por la policía, lo que nunca ocurrió, para tranquilidad de sus padres y beneficio de la industria de la tecnología.
Papá Soltero.- Se casó una vez y tuvo tres hijos, pero fruto de una aventura juvenil engendró a su hija Lisa, cuyo nombre tomó después para lanzar al mercado una de sus computadoras.
Deportivo convertible.- En cuanto pudo, se compró un auto deportivo convertible de lujo color gris, de marca alemana, del cual renovó siempre el mismo tipo, a la largo de su vida. A este respecto, testigos acompañantes de Jobs en el auto, confirman su gusto por la velocidad y la música de los Beatles, a todo volumen, siempre.
Simplicidad de Monje.- El ex vicepresidente de Apple Computer Jay Elliot en su libro El camino de Steve Jobs (Aguilar. 2011), revela que viajando con Steve por Japón, al pasar por un templo budista, éste le confesó haber tenido la intención de convertirse en monje y vivir allí, lo que no hizo. Lo que sí vivió Jobs a lo largo de su carrera como creativo, empresario y directivo fue impregnar de simplicidad su vida (llegó a usar sólo pantalón de mezclilla, suéter negro de tortuga, tenis blancos y anteojos a la John Lennon) y todos los productos Mac, los cuales no incluyen, por cierto, enredosos “instructivos”, que hasta un(a) niño(a) de primero de primaria los pueda usar. ¡Pura simplicidad!
Y a propósito de monjes que gustan de autos deportivos veloces, este 30 de octubre estará en el D.F., el conferencista, asesor empresarial y autor de la vendidísima fábula El Monje que vendió su Ferrari, el hindú-canadiense Robin S. Sharma (47), invitado por un amigo consultor, con el patrocinio de varias empresas, dando una interesante conferencia.
Ambos, excelentes ejemplos, para que nuestra vida sirva y se mejore en beneficio nuestro y de todos, me parecen. Usted y yo, falta que nos decidamos a hacerlo.
¡Lo invito!