Por Nacho Navarro
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Le habrá pasado más de una vez que al estar inspirados, usted y yo, pareciera que no hay nada ni nadie que pueda impedirnos alcanzar lo que queremos; al contrario, nos sentimos llenos de una fuerza que nos hace conseguirlo, la mayor de las veces, que cuando lo hacemos sin estarlo o sin ganas, como decimos aquí.
Esta interesante capacidad de actuar así, no se detiene aquí, porque puede ocurrir, conviene admitirlo, que si después de nuestro esfuerzo, grande o pequeño, no obtenemos exactamente lo que queríamos, pero el hacerlo adecuadamente inspirados, aquí lo oportuno, nos da una capacidad auto valorativa más serena y ecuánime de qué paso, observo, que nos entrena y prepara mejor para las siguientes veces que lo intentemos. Le comparto:
Comienzo por precisar que usted y yo actuamos inspiramos, cuando previamente a cualquier acción, infundimos o creamos pensamientos, ideas, afectos que elevan nuestras ganas de hacer algo. Siendo la inspiración una capacidad intelectual que podemos mejorar con entrenamiento consciente y perseverante, con influyentes repercusiones a nuestro estado de ánimo, por supuesto, elevándolo o disminuyéndolo inversamente proporcional ha lo que estemos pensando en ese momento y actuando en consecuencia, según estemos inspirados.
Porque igual que inspiramos aire hacia los pulmones para mantenernos vivos y sanos, también jalamos literalmente nuestros pensamientos y el de otras personas y los llevamos a nuestra mente, influyéndonos ineludiblemente en nuestra conducta cotidiana, lo que me da la oportunidad de advertir que al igual que con el aire, a usted y a mí nos conviene identificar qué pensamientos, propios y de terceros, estamos inspirando; esto es, metiéndonos en la cabeza y con ellos decidiendo qué acciones poner en marcha, cualquiera sea el lugar donde nos encontremos, para que, por lo menos, no nos ocurra lo que los expertos en computación aseguran sucede cuando no se selecciona la información con que se alimenta los memoria de la computadora: “si metes basura, sale basura.”
De aquí que le invite a que nos inspiremos con consciencia y regularidad porque sin duda percibo, ocurrirá y, mejor aún, podrá provocar experimentemos lo que un sabio del lejano oriente, tres siglos antes de nuestra era afirmó ocurre, cuando actuamos así: “Cuando estás inspirado por algún gran propósito, por algún proyecto extraordinario, los pensamientos rompen sus barreras, la mente trasciende sus limitaciones, la consciencia se expande en todas las direcciones….Las fuerzas, las facultades y talentos dormidos cobran vida y te das cuenta que eres mucho más grande de lo que jamás hubieras soñado.” ¡Estupendo!
¿Qué esperamos para hacerlo?