CONTRA LA TRISTE CULTURA
Contra la triste cultura, vive la cultura de la alegría.
Por Ignacio Navarro Valle
Sentenciado a morir en 6 meses por una enfermedad incurable, Norman Cousins escritor, se preparó a recibirla a carcajadas, viendo películas cómicas. Pasados los primeros 6 meses estaba muerto, pero de risa, a grado tal que se puso a investigar los efectos en el organismo del buen humor, apoyando y promoviendo proyectos de investigación sobre el tema. Vivió 26 años aún, tiempo en el cual escribió libros sobre el tema y la Universidad de California en Los Ángeles creo un centro de investigación que lleva el nombre de este alegre ser humano.
Se lo comento, por que nunca es demasiado –me parece- invitarnos usted y yo, a pensar, sentir y actuar alegres, por encima de las circunstancias que estemos viviendo, o por las culturas (comportamientos) que estemos “sufriendo” de otros(as).
La alegría es un estado que experimentamos los humanos, fundamentalmente producido por nuestros pensamientos, no por las circunstancias. Estas pueden influir, por supuesto, pero estar alegres siempre es una decisión suya, mía. Y como tal, se encuentra en nuestra inteligencia, por lo que nos convertimos en los únicos seres que podemos alcanzarla.
De aquí la importancia de alimentar, siempre, nuestra mente con positivos y agradables pensamientos, que nos mantenga de buen humor y por ende feliz, no exento de contrariedades, que por cierto nunca faltarán.
Vivir alegres si lo reflexionamos un poquito, nos resulta relativamente barato, a través de por ejemplo, cultivar una actitud mental positiva que nos mueve a actuar -disminuidos del estrés- buscando el bienestar individual al servicio de todos. ¿Se anima?