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DIVIDIR MULTIPLICA ©

Por Nacho Navarro
nachocontracultura@outlook.com

Un talentoso empresario y directivo del occidente del país, a quien conozco de años, me comparte que siendo estudiante de secundaria le gustaban mucho las matemáticas, aunque en clase le parecieran difíciles de entender y seguir. Sus calificaciones de entonces, me explica, lo confirman: seis en promedio. Con el tiempo, su gusto por ellas no disminuyó, aunque sus calificaciones nunca superaron el siete, en la prepa. Por lo que su deseo original de estudiar alguna ingeniería (todas con una marcada influencia matemática) lo sustituyó por una en el área administrativa-empresarial. No le ha ido nada mal. Mi amigo sigue con el gusto por el pensamiento lógico-matemático, aunque de manera autodidacta y, lo mejor, sin aplicar exámenes obligatorios.
Lo anterior puede ayudarnos a usted y a mí, no para volvernos expertos en matemáticas, las cuales, por cierto, son valiosas y respetables, coincidirá conmigo, sino para que nos entrenemos a aplicarlas convenientemente en nuestra vida diaria, por lo siguiente:
Habrá escuchado el repetido dicho, no sólo aquí, sino en el resto de Hispanoamérica, aplicado en negativo: “divide y vencerás”, provocando así, entre otras creo, la inconveniente destrucción de grupos de personas, que se les observa “unidas” y por lo tanto “peligrosas”, fomentando al repetirlo, percibo, hacer todo al alcance para sí, adivinó: desunirlas.
Hoy a usted y a mí, nos conviene salirnos de este dicho que fomenta lamentablemente, pienso, esa cultura de división entre nosotros, de aquí que le invite -para expandir nuestros éxitos-, a poner en práctica esta interesante aritmética: DIVIDIR MULTIPLICA.
De entrada, puede sonarle rara y contraria a su función matemática y estará en lo correcto. No, si le comparto, esto:
Nos habrá pasado que queriendo lograr alguna meta (la primera que le venga a la mente), no la alcanzamos. Y si lo reflexionamos tranquilamente, observaremos quizá, que las más veces fue por estas seis razones o alguna de ellas:
1.- Nos quedamos en lo MACRO, en el glamour;
2.- «Vemos» sólo lo positivo;
3.- Porque está de “moda”
4.- Sentimos o “late”
5.- No aterrizamos acciones, y
6.- Lo que más sucede: no damos los pasos necesarios, casi siempre por miedo.
De aquí que nos convenga, para alcanzar lo que nos propongamos, poner en marcha esta sencilla disciplina:
Pensar muy bien y tener claras nuestras metas, para esto ayuda, plasmar y DIVIDIR las acciones, rutas o correcciones para cada una. Bien acompaños, mejor.
Así usted, seguro MULTIPLICA las probabilidades de éxito. No hacerlo, me parece, aumentará por supuesto las posibilidades de fracasar suyas y mías.
En Japón y en el resto del mundo, desde 1986 es aplicado el ya clásico método empresarial denominado “Kaizen”, palabra compuesta por los conceptos kai (cambio, acción de enmendar) y zen (bueno, mejor, beneficioso), que suele traducirse en nuestro idioma como “mejora continua” y su motor vital son las acciones concretas, simples y poco onerosas. Inventado por el economista nipón Maasaki Imai (87), es universalmente aplicable a cualquier cultura y ambiente, con asegurado éxito.
Por lo que la próxima vez que quiera alcanzar algo bueno en su vida, le invito a que se inspire y aplique esta aritmética. No falla:
DIVIDIR MULTIPLICA