PANAMEXICANOS 2011 ©

Por Nacho Navarro
innavalle@hotmail.com

Disfruto investigar y escribir sobre mujeres y hombres de bien, de donde sea, no tengo preferencia particular, sin dejar de observar, por supuesto, las adversidades y defectos personales que estos maravillosos seres humanos tienen o han tenido, convirtiéndose por ello, percibo, en asequibles y actuales fuentes de inspiración para usted y para mí.
Hoy deseo compartirle brevemente lo que creo estos Juegos Panamericanos Guadalajara 2011, vienen produciendo consiente e inconscientemente en la mayoría de quienes los hemos mirado por TV o vivido en directo, particularmente en los mexicanos, de aquí el título de esta CONTRACULTURA®, seamos o no fans o practicantes de algún deporte en especial. Incluso, más allá de nuestras creencias, ideologías o condiciones sociales, todas respetables, por supuesto.
La inauguración, para empezar estará de acuerdo, nos ha dejado con la admiración y quizá con la boca abierta, incluso a los negativos que no faltan. Los espectaculares lienzos humanos que “flotando” en el aire fueron estupendos marcos a nuestros pintores. Al tiempo que escuchábamos las magnificas interpretaciones de nuestras canciones por tres mexicanos (dos damas y un varón) de clase mundial, acompañados de la bien dirigida orquesta jalisciense. ¿Qué tal la original mezcla de música norteña mexicana? Creo que al escucharla hasta los refinados melómanos movieron, por lo menos, sus pies.
Y más allá del siempre motivante melladero, de si México queda dentro de los cuatro países con más medallas de oro, que me parece legitimo y digno de cualquier nación, sin duda, están también estas cuatro experiencias que hemos podido vivir quienes acudimos a las diferentes justas deportivas; habrá más, seguro:
1.- La limpieza permanente de los sitios. Incluidos los baños y vías de acceso. Algo raro en la cultura de masas.
2.- El orden con que el público asistente se comporta. Pareciera que las acostumbradas culturas de meterse en medio de la fila o hacerle al influyente, respectivamente, quedaron para otro momento; por lo menos, en los deportes que he asistido, fútbol incluido.
3.- La amabilidad, respeto y buena presentación del personal, que junto a la Policía Federal atiende y vigila todos los accesos deportivos, genera inmediatamente un conveniente clima de confianza y seguridad, rara vez experimentado en GENERAL en este país, por ciudadanos comunes, como usted y yo. Si es influyente y/o ricachón, sabe a qué me refiero.
4.- Una enseñanza hermosa de esta competencia deportiva Panamericana, digna de repetirse diariamente allí donde estemos, me parece, es la que observamos entre los deportistas y entrenadores rivales, que al finalizar amablemente acuden a saludarse, siempre; independiente hayan resultado o no triunfadores. Algo que sinceramente a muchísimos(as) latinoamericanos(as), no sólo a los(as) mexicanos(as), cuando perdemos o alguien está mejor, nos cuesta hacerlo, o no vivimos, de plano.
¿Mejor civilidad, dónde?
¡A practicarla! Le invito.