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ARQUITECTO DE LA HOSPITALIDAD ®

ARQUITECTO DE LA HOSPITALIDAD ®

Por Nacho Navarro
innavalle@hotmail.com

Nunca obtuvo título universitario, sin embargo visionó y cambió, coinciden quienes saben de negocios, la manera de hacerlos no solo en los Estados Unidos, sino en el mundo de la hotelería, a través de su apellido y marca, Hilton.
Si se estudia con cuidado, observamos que la vida de este hombre estuvo impregnada de una formidable arquitectura humana puesta en acción. Conrad Nicholson Hilton (1887-1978), nace en lo que después sería el estado de Nuevo México, en el seno de una familia numerosa, siendo el mayor de ocho hermanos aprende a hacer negocios en la tienda de abarrotes de su padre, a la que le combinan venta de comida casera y hospedaje; de su madre el amor a la oración y la atención a los demás, lo cual le permitió experimentar desde niño el contacto con personas de origen mexicano, aprendiendo a hablar español, hecho que le ayudó en su futura expansión internacional.
En la primera guerra mundial se enlistó en el ejercito y como encargado de provisiones fue enviado a Paris, alcanzando el grado de coronel, ya de vuelta a los EEUU es electo legislador de su estado, puesto que abandona al poco tiempo deseando convertirse en banquero, y funda por ello un banco que nunca funcionó, pero insiste y con todos sus ahorros se lanza en 1919 a comprar uno ya establecido en Cisco, TX., que finalmente no le venden, regresando a su habitación del hotel Mobley, enojado y frustrado, pero percatándose en ese instante, que debido al auge petrolero en el estado de Texas, el hotel tenía gran demanda, llegando a rentarse cuartos hasta por unas hora, inclusive.
Es entonces que visualiza una excelente oportunidad de arrancar su propio negocio y logra que el propietario se lo venda y acordándose del negocio familiar agrega más habitaciones, así como el servicio de comida y bar, convirtiéndolo en hotel Hilton, el primero, al cual en poco tiempo, habrían de agregarse más, alcanzando un éxito, que Conrad atribuye a dos factores que le inspiran el lema que adopta para sus hoteles: Minimax, que no es otra cosa que: mínimo precio, máximo servicio. Lo cual le funciona de maravilla.
Sin embargo hombre polémico, Conrad Hilton se vio envuelto en escándalos, no solo por desafiar al mundo empresarial de su tiempo, sino al de sus creencias espirituales, que debido; por ejemplo, a su gusto por las mujeres hermosas y al baile, le llevaron a dos sonados divorcios; creencias éstas, por cierto, que nunca abandonó y con las cuales pudo reconciliarse a sus 87 años ya viudo, al encontrar el amor de su esposa Frances, gracias, creo al binomio que Hilton se decía y recomendaba para tener éxito: oración y hospitalidad, convirtiéndose percibo -¡sin duda!-, en un excelente arquitecto de la hospitalidad mundial.
¿No le parece?