Por Nacho Navarro
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Quienes conocemos y trabajamos en el mundo de los negocios, directivo, laboral o profesional, sabemos que nadie tiene la verdad absoluta de estos ambientes y todo lo que se le parezca, aunque a veces usted y yo creamos que sí, coincidirá. Pero la experiencia y personas sensatas a nuestro alrededor, y a veces de lejos, se encargan de ubicarnos, afortunadamente.
Estará de acuerdo, experimentamos tiempos en que con mucha facilidad e influencia nos veamos cometiendo errores de los que usted guste y mande. A veces, errores que nos dan pena y queremos que nadie se entere, por nuestra arrogancia de creernos superiores a los demás.
¿Conoce a alguien que no haya metido las cuatro, como decimos aquí?, con seguridad responderá que no. Empezando por nosotros. ¡Qué bueno!
Lo interesante de sabernos personas con defectos y debilidades, observo, es aceptar serenamente que también poseemos cualidades, muchas o pocas, y que estas las podemos reafirmar y acrecentar con inteligencia y perseverantemente, o sea, intentándolo con una actitud deportiva; esto es, como hacen los atletas, que a veces ganan, empatan y, otras veces, pierde y aún así, se vuelven a preparar confiados e inspirados en lograr que su arquitectura humana evite o prevenga repetir errores, bien acompañados de sus entrenadores y de la gente que les quiera.
Por eso percibo interesante la atinada propuesta que la maestra jalisciense Beatriz Castelló, orientadora familiar, hace de las características de la persona con salud mental, basándose en las investigaciones del científico Samuel I. Greenburg de la Universidad de Miami, que por espacio, brevemente le comparto a continuación:
1.-No tiene miedo, es abierta y curiosa, mira con serenidad y atención al mundo que le rodea.
2.-No teme a las situaciones nuevas y puede soportar riesgos e incertidumbres. No necesita planearlo y organizar todo de antemano. Si no logra lo que desea, aprende de la experiencia. Los fracasos y desigualdades no le destruyen.
3.- Sabe que no lo puede hacer todo y se dedica a lo que considera más importante. Hace lo que puede.
4.- Ahorra dinero, no lo gasta todo.
5.- Si quiere ser puntual sale a buena hora.
6.- Acepta sus limitaciones y no se desespera ante sus propias insuficiencias. Es maduro y disciplinado.
7.- Conserva sus valores que le parecen válidos y modifica y desecha los demás, pero siempre considera a los suyos.
8.- Su verdadero objeto es el desarrollo de sí mismo. Clava las riendas de su propia vida y escucha a los demás pero decide por sí mismo.
9.- Sabe trabajar pero también jugar. Al contrario del neurótico, que se atasca de trabajo y se siente culpable en la diversión, sabe desenvolverse bien en ambas circunstancias.
10. Sabe hablar con firmeza en defensa de sí mismo y de sus puntos de vista particulares.
11.- Es productivo y creativo. No trata de alcanzar prestigio ni trata de presionar a los demás y a eso se debe que logre muchas cosas. Trata de usar plenamente sus facultades físicas y mentales.
12.- Sabe lo que le gusta y lo que quiere aunque no pueda obtenerlo. Si algo le hiere experimenta cólera inmediata y hasta dolor de cabeza, pero reacciona de forma adecuada y directa.
13.- Tiene un notable sentido de sí mismo. Sabe quién es, qué quiere y a dónde va. Lo caracteriza el hecho de no pensar nunca en términos de ¿qué esperan los demás de mí? Sabe qué le gustaría y, si las circunstancias se lo permiten, procura hacerlo.
Y como la maestra Castelló destaca: “la salud mental es el placer de tener una buena relación con uno mismo y con los demás. El individuo sano siente que ama y es amado”. (cf. Pág. 48 Matrimonio, Familia y Valores. Los grandes desafíos. Ikonarte Editorial. 2010)
Y puede que a usted y mi nos falten algunas o, quizá, todas de estas interesantes características descritas por esta magnífica jalisciense, por lo que le provoco a que nos acerquemos con quien nos pueda, al igual que los deportistas, acompañar y entrenarnos repetida y tranquilamente para alcanzar una arquitectura humana sana, para bien nuestro y de los demás.
¿Se atreve?