ACEPTACIÓN
ACEPTACIÓN
Por Ignacio Navarro Valle
nacho.navarro@contracultura.org.mx
Constantemente usted y yo estamos interactuando en la casa, trabajo, escuela, deporte, etc., con otras personas y/o amistades. Y si nos paramos a reflexionar un momento sobre el cómo lo hacemos, seguramente, nos haremos concientes de que algo que ejercemos regularmente –por citarle un ejemplo- es el rechazo; me explico:
Al actuar, algo que casi en automático hacemos es calificar los hechos y/o conductas que estamos ejecutando o están ejecutando quienes están cercanos y así nos decimos interior o exteriormente y ha quienes estamos observando; esto es bueno; esto me gusta; esto va conmigo; estuvo bien hecho; por que fulanito o zutanita piensa y/o actúa coincidentemente igual que yo, por lo tanto es correcto. O en sentido contrario, lo que es peor, descalificándolo(s), rechazándolo(s); entre otras cosas, quizá, producto de nuestra costumbre (cultura) que evidencia, me parece, una casi permanente ausencia, en muchos de nosotros, de aceptar pura y sencillamente a las personas y cosas como son, sin calificarlas, mucho menos etiquetándolas.
Aceptar considero, pasa primeramente, por aceptarme y aceptar uno a uno a los demás. Yendo más allá de la cultura (costumbre) arraigadísima en muchísimos de nosotros ha emitir juicios indiscriminados sobre todos, sobre todo. Continuar así, me parece, nos ancla a la perversa dialéctica que nos fragmenta y aleja a los seres humanos.
Vivir la aceptación, nos hará experimentar, indudablemente, la fuerza de escuchar, observar y sentir al mismo tiempo, aquí y ahora, la originalísima convivencia humana, allí donde nos encontremos. ¿Se anima?