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INCOMODIDADES PODEROSAS.

“Contra la cultura de dejar el camino andado, revive la cultura de la ilusión, del sueño”. ©

INCOMODIDADES PODEROSAS. ®

Por Nacho Navarro.
innavalle@hotmail.com

Una vivencia que con frecuencia nos orilla abandonar nuestros compromisos, allí donde nos encontremos, es el sentirnos incómodos. Incómodos en nuestra casa con la pareja, hijos, padres, hermanos, vecino(s), etc. Incómodos en nuestro trabajo con el jefe, socio, subalterno, colega, cliente, proveedor, competencia, etc. Incómodos en la escuela con los maestros, alumnos, compañeros, etc. Incómodos con los gobernantes, sean del partido que sean. En fin, incómodos con nosotros.
Motivos para sentirnos incómodos -¡seguro!- no faltarán. Qué si van a subir los impuestos; qué si trabajamos por el mismo dinero; qué si los clientes nos cancelan o nos retrasan los pagos; qué si los hijos no obedecen; qué si la crisis; qué si esto y lo otro.
Aquí la conveniencia, percibo, de transformar estas cotidianas incomodidades en herramientas poderosas para usted y para mí. ¿Cómo? Vea:
Primero. Haciéndonos concientemente concientes, que nos sentimos incómodos. Negarlo, nomás no resuelve nada.
Segundo. Preguntándonos porqué estamos incómodos. Dimensionarlo, nos ubica.
Tercero. Salirnos de esa extendida cultura de la “quejadéra”, que nos mantiene anclados en más de lo mismo, con las siguientes acciones (culturas) personales:
a) Aprender de todos, de todo; b) desapegarnos al resultado de lo que deseamos; c) rectificar lo que convenga rectificar; d) respetar a quienes piensen distinto; e) paciencia con nosotros y los demás; f) perseverar en nuestras ilusiones; g) re-alinearnos con nuestros propósitos y h) mantenernos contentos.
Cuarto. Recordar que nos fortalecemos, cuando aprovechamos las incomodidades. Aunque quienes nos las provoquen, ni cuenta se den.
¡Poderoso! ¿No?