Mi admiración a los basquetbolistas estadounidenses (ganadores) y dominicanos (perdedores) por su espontanea, alegre e imitable forma de celebrar el final de su encuentro por la medalla de bronce. ¡Como un solo equipo!

MÉXICO EXTRAORDINARIO ©

Por Nacho Navarro
innavalle@hotmail.com

La meta eran 24 melladas de oro, cumplirla hubiera sido lo ordinario, ¿no?; afortunadamente los y las deportistas mexicanas con sus entrenadores la rebasaron con creces: 42 melladas de oro, 133 en total y 4º lugar del medallero de los Panamericanos Guadalajara 2011, quedando además como el primer país americano en llevarse las 8 de oro en clavados, por lo que creo nuestro país, hoy, es EXTRAORDINARIO; me explico:
Primero.- Estará de acuerdo que conforme se iban dando las magnificas actuaciones de mexicanos(as) en las diferentes disciplinas deportivas, con varios uno dos en gimnasia, clavados, marcha o formidables actuaciones en basquetbol, squash y gimnasia femenil o basquetbol varonil, la serenidad y confianza de los atletas mexicanos que seguían compitiendo se consolidaba, generando una cadena de valor para más medallas.
Segundo.- Estos panamericanos, entre otras lecciones, percibo, han dejado en suspenso dos leyendas urbanas mexicanas que de alguna manera nos estereotipan: la de un pueblo unido sólo en la desgracias; por ejemplo: en el sismo del 85 y en las explosiones de Guadalajara del 92, que por supuesto, son dignas de destacar e imitar, en esos casos. Pero afortunadamente, si algo ha quedado evidente ante el mundo es la espontanea unidad de los y las mexicanos ante su triunfo, desde las gradas, las calles y las reuniones sociales sin distingo, como nunca, y la otra que nos marca casi indeleblemente como un pueblo individualista, con triunfos deportivos sólo personales (Capilla, “tibio”, Pedraza, etc.); hoy los equipos de voluntarios(as), gimnasia, racquetbol, básquet, squash, fútbol y voleibol femenil de playa o de marcha, clavados, balón mano, basquetbol, voleibol, rugby, sobre todo fútbol varonil (campeones panamericanos venciendo a la potencia Argentina), muestra que las y los mexicanos podemos hacer equipo con compañerismo, sin ponernos zancadillas y, lo mejor, con éxito basado en esfuerzo inteligente, sin complejos.
Tercero.- Ver en alto nuestra bandera y escuchar de pie nuestro himno nacional por primera vez tantas veces (42) en la historia deportiva, hizo me parece, experimentáramos de las mejores emociones, esas que los especialistas recomiendan para fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Si la inauguración de estos juegos nos puso contentos, el exitoso e inesperado cierre de los mismos, nos deja evidentes experiencias de lo que muchísimos(as) mexicanos(as) ya hacen: un MÉXICO EXTRAORDINARIO.
Le invito a entrenarnos en hacer lo conveniente, allí donde estemos, para que sigamos así.
¿Se atreve?