OPTIMISTAS Y DIFICULTADES ©
OPTIMISTAS Y DIFICULTADES ©
Por Nacho Navarro
innavalle@hotmail.com @nachonavarro8
Una amable lectora integrante de un grupo financiero me escribe y narra una tremenda dificultad por lo que están pasando sus negocios, entre otras cosas, por la torcida justicia que costumbristamente se aplica, desgraciadamente, en muchos lados en el país. Le contesto y comparto.
Estará de acuerdo, que algo que nunca le faltará a usted y a mí serán, precisamente dificultades, adversidades, contrariedades o que las cosas no salen como queremos. ¿Razones? Las que imaginemos, empezando quizá por nuestras limitaciones personales; entre otras: creer que ya lo sabemos todo y respondemos con nuestro desprecio y descalificación sin más, a lo que los demás crean y hagan; anclados de piedra a nuestras creencias –las que sean- y por miedo no nos las cuestionamos. O también, conviene admitir, como le pasa a nuestra inteligente lectora, pero también puede que a usted y a mí: vivimos en medio de culturas (costumbres) donde por desgracia se practica e impone una especie de darwinismo social; esto es: una “ley” del más fuerte, que nos aplasta y desplaza porque tiene; por ejemplo: más palancas como decimos en México de quien tiene más influencia o personas con poder de su parte; ese(a) que acepta y usa a la corrupción –pequeña o grande y de la forma que sea- para conseguir salirse con la suya, aunque la razón y el derecho no le corresponda; que usa la mentira y/o difamación para atrapar la atención de los demás -aunque engañe-, pasando por encima de los otros. Justificándose en esa cultura, aquí y ahora, que si nos descuidamos usted y yo vivimos y aplicamos y se resume en que: todo el mundo lo hace, yo por qué no. ¡Ah su mecha, muy tentadora!
Y para invitarnos a mantenernos y actuar optimistas a pesar de estas y otras dificultades, que por desgracia y no es consuelo, compartiremos seguramente con otros países latinos e hispano parlantes; vienen a mi mente un personaje observo, ejemplo de cómo mantener el entusiasmo del optimista en medio de tremendas dificultades, que seguramente usted y yo nunca experimentaremos, afortunadamente: Victor Frankl (1905-1997) médico psiquiatra austriaco que sobrevivió al Holocausto judío, sufriendo la pérdida de su esposa y padres y no obstante experimentar esta salvajada humana, que a nadie se le desea, se sobre puso y salió de allí con ganas de vivir optimistamente, gracias a lo cual se dedico a vivir la vida sin resentimiento y animado a darle un buen sentido a su vida y ayudar a la vida de los demás. Escribió varios libros, entre ellos, un clásico: el hombre en busca de sentido (1945). Cuya propuesta se reduce, percibo, a vivir la vida de manera entusiasta, optimista, porque como decía Frankl, usted y yo, siempre tendremos de nuestra lado y a nuestro favor la capacidad de responder como queramos en la vida, lo que sea, así sea lo más horroroso, como le pasó a Frankl; si respondemos sin negatividad y optimistas, mejor, ¿no le parece?
Este gran ser humano y médico especialista en la mente humana, también advirtió –paradójico- que uno de los problemas que padecemos desde el siglo pasado, es la proliferaciones de psicólogos que sólo están buscando mantener enganchados de sus bolsillos a las personas, que por lo visto han perdido el sentido y -¡claro!- dejado de ser optimistas.
¿Lo imitamos?