SABER VIVIR©
Por Nacho Navarro
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Le habrá pasado estando en sitios -incluso donde trabajamos o vivimos- acudiendo a reuniones de todo tipo, de repente escuchemos críticas a determinas conductas de “X” familia, hacia colegas, compañeros de escuela, trabajo o vecinos. O más aburrido, repitiendo noticias.
Quienes lo hacen -ojo- podemos ser usted y yo, casi nunca aportan datos confiables de las razones del “mal” comportamiento. Todas, coincidirá, se quedan en pura quejadera, como decimos aquí. O en lo que hoy eufemísticamente se ha dado por denominar: “afirmaciones no verdaderas.” Que en castellano significan sencillamente, mentiras.
Lo anterior, si nos descuidamos -percibo- puede dejarnos perplejos en el mejor de los casos, y/o pesimistas, en el peor.
Entonces, ¿está mal quejarse? Preguntará. De pende. Por lo siguiente, que le comparto:
Nunca faltarán experiencias que nos incomoden y duelan, comenzando por nuestras debilidades y defectos, enfermedades, muerte de seres queridos, quizá el clima, o porque las cosas no nos salen como queremos y/o alguien hizo u omitió algo en perjuicio nuestro, ¿no?
Para esto resulta interesante, observo, lo que recomienda talentoso y exitoso multi emprendedor mexicano, amigo: SABER VIVIR, aquí reside, lo repite convencido, el éxito en la vida. Él ¡Vaya que lo tiene! A pesar de sus variados reverses. Me constan.
Y explica: ante todo lo que nos pase, debemos identificar, cuándo actuar de una de dos maneras, explicadas por él, con estas metáforas:
Primera: – Hay que SER POSTE; esto es: seguros, firmes, astutos, confiados, valientes y agradecidos, o
Segunda: – SER PALMERA, precisando: flexibles, sencillos, abiertos, fluidos, coincidentes y agradecidos.
Reafirmando: Se debe poner en acción, por lo menos una, cada vez sin excepción, para así entonces, según él, SABER VIVIR, y basado en su experiencia, tener éxito en la vida. A pesar, de las dificultades que tengamos. Las que sean, aclara.
Aunque para hacerlo asertivamente, creo, necesitamos atinado discernimiento, estará de acuerdo.
¿Y cómo obtenerlo? Pues entrenándonos, y siendo sinceros, equivocándonos más veces de las que quisiéramos. No hay de otra. ¿O sí? Vea.
Comienzo por sugerirle practiquemos -si es acompañados, mejor- alguno de los sabios y bien documentados ejercicios de la profesora e investigadora venezolana Margarita A. de Sánchez (1929-2008) de su didáctico libro Aprender a Pensar, comunicación e interacción de Editorial Trillas 1994. Ampliamente recomendable para lograr, lo que hoy le comparto.
O tratar de incorporar a nuestra arquitectura humana, lo que atinadamente demuestra el estadounidense doctor Alan Loy Mc Ginnis (1933-2005), fundador del Centro de Ayuda en el Valle de Glendale CA, en su interesantísimo libro El Poder del Optimismo Ed. Vergara 1993, con aleccionadores y variados testimonios, con que basa sus 12 características para obtener, según este científico, lo mejor de uno mismo, exponiendo conmovedores casos, donde el autor, asegura fue testigo. Como este magnífico:
Acudiendo con un amigo a gasolinera en Arizona, en medio de un violento aguacero, el dependiente silbando feliz les lleno el tanque, chorreándole el agua por todo el cuerpo, formando un charco. Al pagarle, le ofrecieron una disculpa por hacerlo salir en tremenda lluvia. “No importa”, les respondió. “Cuando estaba en una trinchera en Vietnam prometí que si regresaba con vida estaría tan agradecido que nunca más me quejaría por nada y así lo hice.” (Cf. Pág.101)
SABER VIVIR así, conviene y asegura éxito a nuestra vida, sin duda
Le invito y deseo lo mejor, siempre.