Por Nacho Navarro
nachocontracultura@outlook.com

Escuchamos frases cortas pegajosas, como estas: “rompa el paradigma”, “cambie creencias”, “traspase barreras (fronteras) de cristal”, “salgase del círculo”, “rompa moldes”, “abandone el modelo”, “deje lo viejo”, que hemos instalado en nuestro inventario cognitivo que externamos, a veces, sólo para lucirnos. Aceptemos.
Están, las vemos, nos las dicen y las repetimos en casi todas las universidades, escuelas de negocios, juntas y reuniones, artículos, revistas, libros, internet, cursos de ventas, foros, congresos y expos de lo que quiera, y hasta en algunas de las figuras públicas del momento. Se volvieron pues, los mantras occidentales de las soluciones.
Así por ejemplo, en el abordaje de problemas complejos y repetitivos que experimentamos y creemos no poder salir de ellos, -¡zas!- no falta alguien, bien intencionado (a), que nos diga la “solución”, con una de estas frasecitas. Aunque sigamos igual o peor.
En todas, observo, subyace una búsqueda de originalidad, que nos influye y si nos desconcentramos, nos lleva a la cultura del cambio, por el cambio, con la que podemos atorarnos y perder valiosísimos conocimientos y conductas probadas, ya; aunque no deseo detenerme en ello, sino invitarle en caso necesario, a que reconfiguremos nuestras formas y paradigmas; esto es, nuestra manera de proceder ante lo complejo de la vida.
Porque cambiar es bueno, coincidirá, si es resultado me parece de usar convenientemente nuestra capacidad mental y -¡por supuesto!- siempre que nos mejore, no sólo a usted y a mí, sino a quien quiera. De aquí que la clave, puede ser, ya no buscar cambio, sino más bien la mejora razonada que puede implicarlo, aunque no necesariamente, por esto que le comparto:
El pasado 23 de junio apareció en The Wall Street Journal una interesantísima propuesta de los profesores Drew Boyd en la norteamericana Universidad de Cincinnati y Jacobo Goldenberg en la Universidad Hebrea de Jerusalén, que documentan con una década de investigación en los cinco continentes entrevistando a ejecutivos de mayor rango de las principales industrias, dándole además puntual énfasis a originales e innovadoras mejoras en la producción de bienes y servicios, sin que para ello necesariamente abandonaran lo que ya se conocía, y que estos académicos atribuyen y resumen, así: “La clave para ser innovador de manera constante es encontrar una nueva forma de algo conocido y después hallar una función que pueda cumplir” para continuar diciendo que “Las ideas más impactantes a menudo están justo enfrente de nuestras narices, ligadas de alguna manera a nuestra realidad actual o perspectiva de la realidad”.
Aunque, según estos profesores, en mucha de la cultura seguida hasta hoy, el problema es buscar las soluciones fuera de los parámetros tradicionales, por ello sostienen:
“Nosotros promovemos una estrategia radicalmente distinta: pensar dentro de los parámetros tradicionales. La gente es más creativa cuando se enfoca en los aspectos internos de una situación o problema, y cuando limitan sus opciones en lugar de ampliarlas.”
Para lograrlo, los académicos Boyd y Goldenberg recomiendan usar alguna de estas cinco técnicas, con ejemplos puntuales:
*RESTAR o eliminar elementos que parecen esenciales.
Quítele a unos anteojos el marco y obtendrá: lentes de contacto.
Elimine la rueda trasera a una bicicleta y es una estacionaria para ejercicio.
Contra toda lógica el fundador de Sony Akio Morita a su grabadora de casetes le quitó la función de grabar, y obtuvo un producto con menos funciones que la original: el primer Walkman que revolucionó el mercado y generó enormes utilidades para esa gigante tecnológica japonesa.
*UNIFICAR TAREAS o reunir funciones no relacionadas
La mayor empresa de maletas del mundo, para irrumpir en el mercado de las mochilas estudiantiles, causantes por cierto, de presión en la espalda y el cuello debido al peso de sus contenidos: libros de texto, computadoras, etc.
En lugar de acolchonar las correas como otros fabricantes, creó una forma de usar el peso para aumentar la comodidad de los usuarios. Las correas fueron diseñadas para presionar suavemente en los hombros del portador en puntos de presión estratégicamente ubicados según una técnica japonesa de masaje, para proporcionar una sensación reconfortante.
*MULTIPLICAR o copiar un componente para después modificarlo
Desde siempre se habían afeitado con una sola hoja. En 1971, Gillette lanzó el sistema de doble hoja, que ofrece una mejor afeitada. La primera jala el pelo para impedir que vuelva a la piel antes de que la segunda hoja, fijada en un ángulo ligeramente distinto, lo corte.
*DIVIDIR o separar componentes de un producto o servicio y reorganizarlos.
Todas las aerolíneas ahora permiten que el pasajero imprima su pase de abordar desde la casa u oficina. Hasta el control remoto de la televisión cuyas funciones solían estar en el mismo aparato.
*DEPENDENCIA DE LAS FUNCIONES o cambiar las características de un producto en función de cambios de otra característica o del entorno.
Las gafas con lentes de transición, que se oscurecen con la luz del sol. Otro ejemplo son los limpiaparabrisas que aceleran su ritmo cuando la lluvia cae con más fuerza.
¿Propuesta obvias? Para nada, sino una forma interesante creo de utilizar nuestra imaginación, sobre todo cuando influidos por la cultura de úselo y tírelo, usted y yo pensemos que lo que hacemos, tenemos y pensamos ya no sirve.
¿Se atreve?