CÓMO HACER EQUIPOS ©
Por Nacho Navarro
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Estará de acuerdo: como nunca a las y los mexicanos conviene entrenarnos permanentemente a cómo formar equipos funcionales para los retos de hoy en nuestros hogares –con divorcios al alza y alcoholismo y alarmante drogadicción en adolescentes-, trabajos (destrucción de empleos), negocios (mortandad empresarial a la alza), escuelas (últimos lugares según la OCDE), barrios y colonias (inseguridad e impunidad). No me detendré en las causas de ello, sino en lo conveniente de formar equipos exitosos.
Habrá escuchado la metáfora de la rama o varita del árbol, esa que sola o sin la concurrencia de otras, es más fácil quebrar, romper, en fin, eliminar; no así, cuando están juntas otras ramitas, haciendo equipo, convirtiéndose, observo, en una excelente analogía que nos invita a formar equipos; aunque las personas, estará de acuerdo, no somos piezas inertes que se cortan y juntan al antojo de alguien; no obstante, en algunas organizaciones así lo creen y lo practican, que es lo peor.
Literatura y especialistas para armar equipos abundan, la más, inspiradas o producto de la cultura estadunidense y anglosajona-europea; todas valiosas, por cierto. Pero muchas veces difícil de acoplar con nuestra cultura latinoamericana, de aquí que le invite a entrenarnos y a poner en práctica, sin desalentarnos porque seguro no las incorporáremos a nuestra cultura personal, sino después de muchas repeticiones, estas cuatro “C”, cuyo orden y prioridad, en mi experiencia, es fundamental para lograr mejores equipos:
*Comprensión.- Primerísima acción para construir equipos, sea en casa, deportivo, laboral o de negocios, que no es otra cosa, observo, que hacernos usted y yo conscientemente consientes de la finalidad del equipo, en el que estemos. No basta creer que el equipo es el conjunto de personas en nuestro hogar, negocios o escuela. ¿Y el vivir apoyándonos y complementándonos, unos con otros?
*Colaboración.- Que se obtiene, percibo, cuando usted y yo actuamos a favor del equipo, el que sea. En otras palabras, cuando nos cae el veinte, como decimos en México, de que todos somos valiosos e importantes, independiente de cuál sea nuestro rol. Todos importan y suman. También se da el caso, más de lo que pensamos, de que restan y roban valiosa energía.
*Compromiso.- Sólo cuando usted y yo actuamos conforme lo que hayamos aceptando y acordado en el equipo, no unilateralmente y/o a espaldas de los demás. Ayudará, en lo posible, ponerlo por escrito. Siempre será mejor, portarnos como ofrecimos y/o acordamos con los demás. Cuidando en lo posible, no caer en actitudes extremas y negativas de: “ese no es mi problema”, en otras palabras: ¡me vale!; como tampoco, en: “total, que al fin otro(a) lo hace, y me desentiendo”. ¿Quiere acabar con su equipo (familia, negocio, trabajo)? ¡Sígale!
*Contentos.- Hemos experimentado, seguramente, que nada es más perjudicial para cualquier equipo, que existan integrantes negativos(as), que por desgracia a veces son mayoría, quizá por no haber experimentado atinadamente la primera de estas “C” propuestas.
O de plano no armamos equipos exitosos porque seguro, no actuamos como inteligentemente observó el filósofo francés Jean Paul Sartre (1905-1980): “Felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace.”
Y como en los equipos deportivos exitosos, conviene contar con un buen entrenador que nos acompañe a identificar lo mejor de uno, siempre.
No me crea nada. ¡Inténtelo!