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SIMPLICIDAD CONVENIENTE ©

Por Nacho Navarro
nachocontracultura@outlook.com

Coincidirá que frecuentemente somos algo complicados, más allá de lo que imaginamos y ahí estamos usted y yo metiéndonos tantísimas tonterías a nuestra cabeza, y lo que es peor creyéndonoslas: que si estoy gordo(a), que si estoy feo(a), que la vida es “complicadísima”, que a fulanito(a) no le caigo bien, que zutanito(a) no me quiere, que el dinero no me alcanza, que el negocio va mal, que mi jefe(a) no me valora, que el calor, que los hijos no obedecen, que esto y que lo otro y así nos hacemos unos odiosos amargados de primera, ¿no?
Y una cosa es que vivamos situaciones complejas, me parece, cuando concurren varios elementos, personas y circunstancias, lo cual es natural, y otra es que usted y yo, tengamos una tendencia casi, casi automática a complicárnosla.
De aquí lo conveniente, percibo, de entrenarnos a distinguir lo complejo de lo complicado, por el tremendo desgaste innecesario y las incomodidades que arroja ser una persona complicada. Le comparto:
Escuchaba a un científico mexicano profesor de una reconocida universidad, explicar de manera clara, con datos duros, diversos fenómenos y retos que la humanidad viene entendiendo y atendiendo, según él, cada vez mejor en beneficio de millones de seres humanos, mediante el uso de sus capacidades y esfuerzos, para concluir este experto cuántico, que vivimos ambientes y circunstancias complejas por la convergencia simultánea de varios agentes y elementos, por lo que sean complejas, advertía, no debe alarmarnos, más bien prepararnos para entenderlas y atenderlas, como conviene.
Así hoy tenemos que una circunstancia es compleja, cuando; por ejemplo, el Servicio de Administración Tributaria (SAT), agencia del gobierno mexicano obliga a expedir comprobantes por los ingresos que se reciben, por cierto, común en la cultura de los negocios, por la intervención de varios involucrados –proveedor, cliente, transacción bancaria, etc.; pero se convierte en negativa por complicada, cuando la misma autoridad obliga a emitirlos de manera electrónica, incluyéndole requisitos “de seguridad” que en ningún lugar del mundo se exigen, y si a esto le sumamos que ahora se impone a los negocios mexicanos, ponerle en línea y a disposición del SAT, mes a mes, la contabilidad electrónica, pues esta complicación, es sin duda una causa de nuestro abultado y peligrosos tamaño de economía informal, que el INEGI reporta: 60%.
Para vivir la simplicidad, las más veces, observo, necesitamos entender y atender diversas complejidades que se nos presentan y ante las cuales reaccionamos complicándonos la vida, quizá inconscientes, influidos por la cultura que nos rodea. De aquí que resulta interesante y aleccionadora, me parece, las resistencias y negativas que Steve Jobs (1955-2011) debió enfrentar entre sus ingenieros y colaboradores, para alcanzar simplificar los aparatos que su compañía ofrece, sin necesidad de; por ejemplo, manuales, botones (sólo para encenderlos), ni complejos sistemas para los usuarios. Para ello su mantra fue: que un niño de primer grado pueda operarlos. Y lo logró, después de eliminar todas las complicaciones detectadas inteligentemente (cfr. El Camino de Steve Jobs por Jay Elliot y William L. Simon Págs. 35,36 y 37 Ed. Aguilar 2011).
Por ello mucho ayuda admitir, creo, que hacernos personas simplificadas para simplificarnos la vida, nos es nada fácil, ni se alcanza con sólo desearlo; se requiere antes, observo, admitir que somos complicados o muy complicados, según el caso, identificando en qué y cómo nos volvemos complicadísimos, para así entrenarnos, acompañados de la o las personas adecuadas a vivir el día a día con más simplicidad, con lo que ello implique. Porque por experiencia personal y con terceros, seguramente habremos palpado cómo la simplicidad es algo tantas veces ignorado y dejado de lado para incorporarla convenientemente a nuestra arquitectura personal, previniendo así las negativas y, a veces, carísimas consecuencias.
Pero no me crea nada, mejor échele un vistazo a su closet, escritorio y temas de conversación que más sostiene para percatarse del desorden y complicación con que ahí nos la vamos llevando.
Y luego nos quejamos…….