PERSONAS COLABORATIVAS ©
Por Nacho Navarro
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Alvin Toffler (86) sabio norteamericano y escritor futurista, en su magnífico libro La Revolución de la Riqueza (cf. Págs. 220-241 Ed. Debate 2006) volvió a insistir en lo que en 1980 había identificado ya ocurría y que él llamó: la economía prosumidora, que es enorme y tiene miles de puertas y, según Toffler, es inadvertida, no se “contabiliza” –nada que ver con la economía informal muy dañina, mundialmente- hace el bien y la ejercen miles de personas anónimas, sin vanidosas campañas de publicidad y/o infladas por carísimas agencias de relaciones públicas, añado, facilitándonos la vida cotidiana, con sus miles de rostros; por ejemplo, cuando cuidamos cariñosa y desinteresadamente a nuestros enfermos familiares y amigos; recolectamos basura de nuestras calles y parques públicos; cerramos la llave de la regadera cuando nos enjabonamos; colaboramos con ONG´s enfocadas a servir a los pobres de aquí y allá o simplemente cuando cocinamos algo y lo compartimos con otros. Este prosumo, según Toffler, viene teniendo una influencia millonaria en beneficio de todas y todos.
Hoy también, gracias a las tecnologías de la información (TI), tenemos a nuestro alcance infinidad de aplicaciones que nos facilitan y resuelven para bien, una variada lista de necesidades cotidianas y es precisamente ser colaborativo lo que lo identifica y destaca, de las personas que lo practican, observo.
El término colaborativo fue acuñado en Inglaterra en 2007 y comenzó a popularizarse en 2010 con la publicación del libro «What’s Mine Is Yours: The Rise of Collaborative Consumption», disponible en el sitio amazon.com y cuya co autora Rachel Bostman, sostiene cómo el acceso a bienes y servicios es relevancia prioritaria, sin que seamos usted o yo necesariamente propietarios de los mismos. En otras palabras, camarón que se duerme……en sus laureles, agrego, se vuelve botana.
Ya a esta manera de satisfacer necesidades, en forma colaborativa, se le considera dentro de las diez ideas que hoy están cambiando al mundo, según la revista TIME.
De aquí que resulte interesante, sólo por su atrevimiento, me parece, la visualización de las 10 actividades de servicio que pueden ser proporcionados y satisfechos mediante el uso de estas TI en nuestro país, con los considerables ahorros de dinero y tiempo -¡claro!- y lo mejor, me parece: comodidad y atención personalizada Premium (Cf. Pág. 112 revista especializada T3 México septiembre 2014). De hecho, la agencia gubernamental federal mexicana de la Función Pública, ya viene implementando los portales virtuales, para gestiones con gobierno y así disminuir sustancialmente nuestra desprestigiada fama de corruptos. Lo mismo que los exitosos programas públicos de uso de bicicletas compartidas, con beneficios múltiples.
Y sí, seguro por los cambios que está provocando, hay sectores de la economía que se vean afectados y estén en contra; en nuestro país recién han sido los taxistas tradicionales que acostumbrados a estar en contubernio con la autoridad en turno y a que los clientes vayamos a ellos, hoy con estas inteligentes plataformas, desde la comodidad de un dispositivo móvil, usted y yo podemos, si queremos, nos lleven este servicio más rápido y cómodamente al lugar donde nos encontremos, en cualquier ciudad disponible, D.F. y Guadalajara incluidas, por ejemplo.
Pero hay que admitir, conviene, que aún con todas estas tecnologías, paradójico, sigamos practicando la negativa costumbre de no hablarnos con algunos vecinos, compañeros(as) de la misma oficina, colegas, maestros, amigos, incluso familiares. Quizá por envidia y resentimiento, tan comunes en nuestra arquitectura humana, por las razones que guste.
Un favor: dude todo lo que escribo y mejor entusiasmémonos para volvernos personas colaborativas, con o no dispositivos móviles, en beneficio nuestro, de los cercanos y no…..tanto.