OCÉANOS DE POSIBLIDADES ©
Por Nacho Navarro
nachocontracultura@outlook.com
A escasos dos meses de concluir el año 2016, de repente escuchamos y observamos cierta inquietud, sino es que verdadero pavor a la incertidumbre de cómo cerraremos el año, junto a lo desconocido que traerá el 2017.
Esta incertidumbre, estará de acuerdo, es parte de nuestra cultura situacional de otoño, aunque hoy pareciera que dos hechos significativos nos pueden influir más “miedo”: 1.- lo que pueda pasar con el resultado de la elección presidencial de nuestro mayor socio comercial y vecino Estados Unidos y 2.- los ingresos-gasto del gobierno federal mexicano para el año entrante, con el consecuente impacto negativo en los bienes y servicios que nos ofrecen los tres poderes y niveles de gobierno. Pero no deseo detenerme en ello, sino invitarnos a entrenarnos tranquilamente y bien acompañados en hacernos conscientes de los grandes OCÉANOS DE POSIBLIDADES que usted y yo tenemos, están enfrente de nuestras narices o podemos generar en beneficio nuestro y de quienes están cercanos o no tanto; le comparto:
En 2005, se puso a disposición del gran público lector un interesante libro que documenta la inteligente investigación que, por más de 15 años, con más de 100 años de información en los negocios, de por lo menos 30 industrias, sus autores descubrieron una constante en sus abundantes casos de éxito: ninguno era conocido en el mercado. Y lo más interesante, todos aprovecharon espacios en el mercado “ignorados”, creando nueva demanda y oportunidades, bajo el lema “ganar-ganar”, para un crecimiento rentable. Siendo clave para ello, el abandono del pensamiento recurrente de: acabar con la competencia. ¿Fácil? Para nada. (Cf. La estrategia del Océano Azul de W. Chan Kim y Renée Mouborgne Grupo editorial Norma 2005)
Esta investigación, evidencia entre otras cosas creo, la conveniencia de usar adecuadamente nuestro cerebro con, por ejemplo, herramientas, información y acompañamientos adecuados que estimulen la creatividad e innovación, hoy tan de moda, por cierto, pero que a la mera hora, no deja de ser, en muchos casos, un simple slogan o pose para salir al paso. Igual de importante, para esta metodología, es conocer a detalle y sin engaño, los impactos financieros hacia dentro y hacia fuera.
Desde el año 2010 he participado en muchos talleres, explicando esta valiosa metodología al ámbito directivo y empresarial con excelentes resultados y algún fracaso, como cuando se me acercan y reclaman por qué en lugar de ponerlos a pensar e imaginar un nuevo negocio, mejor: “les dé uno nuevo ya probado y exitoso”. ¿Se imagina mi cara sorpresa de what?
En la misma línea de pensamiento creativo, en las escuelas de negocios y capacitación directiva, hoy se usa la herramienta denominada con el término inglés “canvas”, y que en español significa lienzo, lona, quizá en referencia a ese otro término usado en la clásica administración por objetivos (apo) y que recomienda la configuración del “tablero de control central”.
A diferencia del Océano Azul (no estaban de moda los términos), Canvas utiliza como metodología, entre otras, el modelo de negocios “disruptivo” en las empresas emergentes o “startups”, que al igual que los negocios analizados en la investigación del Océano Azul, tienen en común: romper con lo tradicional o conocido y sus características que habían implementado. (Cf. Generación de modelos de negocios de Alexander Osterwalder & Yves Pigneur con la colaboración de 470 profesionales de 45 países y 18 hispanos en su traducción Ed. Deusto Grupo Planeta 2011).
Ambas metodologías percibo, pueden ayudarnos inteligentemente a que usted y yo nos hagamos conscientemente conscientes (mi amiga Coco del Río dixit) de los abundantes OCÉANOS DE POSIBLIDADES que tenemos enfrente y no vemos, quizá por miedo a la incertidumbre de lo desconocido, o por qué no, con sencillez reconozcamos, ya encontramos uno y podemos expandir allí donde estemos.
¿Se le antoja?