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PAZ Y CIENCIA ©

Por Nacho Navarro
nachocontracultura@outlook.com

Cuándo fue la última vez que se cuestionó, acerca de si: ¿le gusta donde vive?, ¿mantiene hábitos saludables para su salud física, mental y espiritual?, ¿está a gusto en su trabajo, actividad o negocio?, ¿participa en alguna ONG en beneficio de su comunidad?, ¿qué medios utiliza para informarse de su barrio-colonia, región, país y el mundo?, ¿oye chismes o hace caso al famoso “radio pasillo”, tan común en ambientes laborales y profesionales de todo tipo?, ¿alguna vez se ha sentido preocupado, desanimado o desesperado?, ¿tiene propósitos para este año?, ¿cree alcanzarlos?
Le parecerán perder tiempo, y está en su derecho, por supuesto. Máxime acostumbrados a transitar a las “carreras” -paradójico- en medio de los más frecuentes atascos viales, en todas nuestras zonas metropolitanas.
Así, reflexionar tranquilos unos minutos cada día, pareciera costumbre pasada de moda, atribuida principalmente a quienes no tienen “nada importante” que hacer o viven en su “mundito”, ¿no?
Hoy, si ponemos atención, percibiremos la influencia frecuente de la cultura de “apantallar”, de hablar de esto y de aquello sin que tengamos mucha idea -si nos basamos; por ejemplo, en la propaganda de los medios y redes sociales. ¿Discernimiento, para qué? ¡Muchísimos lo hacen, repiten y siguen! Para qué complicarnos….
De aquí que nos invite a entrenarnos, bien acompañados, a incorporar y fortalecer en nuestra arquitectura personal, el conveniente binomio: PAZ y CIENCIA; por lo siguiente:
El DRAE entre sus interesantes definiciones de PAZ, establece en quinto lugar: “Estado de quien no está perturbado por ningún conflicto o inquietud. Disfrutar de una paz profunda.”
La cual, de entrada, puede que muy pocas veces la hayamos experimentado usted y yo, o peor, aún no, en medio de nuestras actividades familiares, de trabajo, negocios, inversiones, diversiones y demás relaciones interpersonales. ¿Entonces?
Para ello conviene incorporar la otra parte de este binomio: la CIENCIA, ayudándonos para descubrir su importancia en nuestras vidas diarias, esta definición del DRAE: “Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente.”
De aquí, que muchísimas veces no estamos en PAZ, observo, porque en primer lugar no lo logramos estar con nosotros mismos, y por consiguiente no lo estamos con quienes nos relacionamos cotidianamente, entre otras razones, porque precisamente no tenemos la cultura de la CIENCIA en nuestra vida; esto es, a observar y meditar qué es lo que conocemos y pensamos sistemáticamente acerca de usted y de mí, que nos capacite a predecir razonablemente, a bien planear (no al ahí se va -mexicanos dixit); en fin, a usar nuestra inteligencia en beneficio nuestro y de quienes están cercanos o no tanto, que tan bien se benefician, más de lo que nos parece.
¿A experimentado algún desanimo o contrariedad?, seguramente. Lo interesante es darnos cuenta, conviene admitirlo serenamente, que lo que pasó, quizá, fue resultado de nuestra improvisación y de no revisarnos detenidamente acerca de qué pensamos (cuánta CIENCIA pusimos) acerca de aquello que queríamos lograr y acabamos…… perturbados, a disgusto. Y lo peor, echándole la culpa a otras personas, ¡As Usual!
Por lo que le invito a no espéranos a sentirnos así, por algo que no salió como “pensamos”, sino a iniciar y saborear, la práctica de este binomio PAZ Y CIENCIA.
Seguro, nos evitaremos, como decimos aquí, muchísimas metidas de pata, por lo menos.