RECONOCIMIENTO de 360°. ®
“Permite que tu corazón sea grande y amigable con todos. Esta es la enseñanza más elevada.”
Sabiduría taoísta.
RECONOCIMIENTO de 360°. ®
Por Nacho Navarro.
innavalle@hotmail.com
Cuándo fue la última vez que se preguntó: ¿soy envidioso(a)? Si no lo ha hecho lo invito, me incluyo, a hacerlo con apertura y sinceridad personal. La respuesta, no hay necesidad que quienes estén cercanos la conozcan, aunque quizá, ellos(as), por nuestra conducta frecuente, ya la sepan. No importa. ¡Nos conviene! Vea:
Lo interesante es, no quedarnos solo con la respuesta -¡cual sea!-, sino en cómo podemos mejorarnos, controlando una de las emociones que observo, más complican y deterioran nuestra interrelación con los demás: ¡la envidia!.
Una manera simple de comenzar, con relativo éxito, es detectar cuánto reconocimiento damos a las personas con las qué interactuamos, por sus éxitos alcanzados, sean pequeños, medianos, grandes, sin importar el estatus y/o condición de la persona, sino otorgarlo sincero, reconociendo el esfuerzo y logro. Punto.
Porque estará de acuerdo conmigo, que dárselo solo al jefe; a quienes nos paga y/o nos tiene en el puesto y nos interesa; o hacia quienes deseamos sacarles “raja”, como decimos en México, ¡es facilísimo!, siendo esta una costumbre (cultura) mundial, por desgracia.
Pero darlo con sinceridad, por ejemplo a nuestra familia, socio(a), colega, compañero(a), empleado(a), competidor(a), vecino(a), en fin, a todos(as) los(as) que están en los 360° alrededor nuestro, por sus éxitos, triunfos y/o logros alcanzados, nos resulta muchísimas veces chocante, poco atractivo, creyendo –encuentro- equivocadamente que si se los damos -¡hágame el favor!- perdemos estatus, poder, importancia y control ante ellos. Y si lo meditamos, descubrimos -¡casi le aseguro!- que no se los otorgamos, porque envueltos en nuestra arrogancia, lo que nos provoca, sí, adivinó es: envidia.
Así pues, sabremos que estamos siendo envidiosos, en la medida que no damos merecido reconocimiento a los demás, sobre todo, cuando se los negamos estando presentes.
Por esto, la revista de negocios Expansión (no. 1043 de junio/10) admite que “Es difícil manejar la envidia, porque es difícil admitir que albergamos una emoción socialmente tan inaceptable”, pero tan presente, añado, en usted y en mi. ¿No?
¿Se atreve?