ARQUITECTO EDUCATIVO. ®
“Usted será el sastre. Yo seré la tela. Y haremos un buen traje.”
Domingo Savio (1842- 1857). Joven alumno italiano.
ARQUITECTO EDUCATIVO. ®
Por Nacho Navarro.
innavalle@hotmail.com
Desde pequeño, la imagen de Don Bosco (1815-1888) el gran italiano del siglo XIX, representándolo contento y llevando de la mano a un niño (después me explicaron que era Domingo Savio), me gustó e intrigó.
Ya al estudiar su vida y su obra educativa, descubrí que promovió una distinta forma de enseñar a la niñez y juventud italiana, distinguiéndose de las existentes, por su novedosa manera de tratar a los chiquillos pobres y abandonados que encontraba a su paso, y que con paciencia y dedicación llegó a transformarlos en personas diferentes y positivas; con tal éxito que sus colegios tienen presencia mundial, afortunadamente.
A lo largo de su vida, puso en acción, inicialmente en la zona de Turín, Italia, su gran visión educativa: transformar a los niños y adolecentes pobres y desamparados, en seres valiosos. ¿Cómo?
Combinando la educación básica, con el aprendizaje de oficios, originalmente zapatero o sastre. Posteriormente se agregaron el de imprenta y carpintería.
Si uno revisa el sustento del modelo educativo implantado por este italiano, admirado por millones y famoso internacionalmente, descubre para sorpresa, una arquitectura educativa que Don Bosco visionó, vivió y recomendó para lograr transformar a cada niño y adolecente y que, observo, basó en lo que son las cinco “A” características en la personalidad de Don Bosco: Amabilidad; Amistad; Apertura; Apreciación y Alegría.
Y tratando así a los alumnos, este hombre no solo desafió al tradicional método educativo, basado en el premio y en el castigo, que por desgracia, pocas o ninguna de estas “A” incluye, aún; sino que demostró –una vez más-, que el ejemplo es el mejor maestro.
Por esto, creo que los restos mortales de este gran arquitecto educativo, son: ¡Bienvenidos a México!
¿Qué le parece?