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OPORTUNIDAD Y PACIENCIA ©

OPORTUNIDAD Y PACIENCIA ©

Por Nacho Navarro
innavalle@hotmail.com

Con frecuencia “perdemos”, si nos descuidamos usted y yo, la conveniente paciencia; razones de todo tipo no faltarán, llegándonos a sentir; entre otros, por lo menos con uno de estos tres estados de ánimo, sino es que con todos a la vez:1.- el más común, la desesperación y con ella la pérdida de esperanza de alcanzar todo lo bueno que queremos; 2.- la desconfianza, que hace difícil trabajar en equipo, y que ya le he compartido y 3.- la tristeza, antesala de la depresión y fuerte disparador del estrés, que inhibe, dicen los médicos, la serotonina en el cuerpo, causándonos entre otros malestares hoy, estos muy comunes: pérdida de sueño, dolor de cabeza y agresividad; actuando, en fin, impacientes y descuidados a la conveniente coyuntura de tiempo y lugar, allí donde estamos, que el diccionario de la lengua española define como OPORTUNIDAD.
Y algo que nos ayuda a entrenarnos, sin duda, a ser PACIENTES en todas las OPORTUNIDADES, es -al menos- leer y meditar detenidamente la interesante fábula del escritor británico Robert Dodsley (1703-1764), que no tiene desperdicio y aquí le comparto: LA TRUCHA Y EL GOBIO (pez pequeñito)
“Un pescador a orillas del Támesis, pescando con una mosca artificial. Tiró su carnada con tanto arte, que una joven trucha se dirigió prestamente hacia ella. Pero su madre la detuvo: Nunca seas demasiada precipitada, hija mía, cuando hay posibilidad de riesgo. Tómate tiempo para considerar y evaluar, antes de arriesgar una acción que pueda resultarte fatal. ¿Cómo sabes que lo que parece una mosca es en realidad una mosca y no una trampa del enemigo? Deja que otro haga la experiencia antes que tú. Si de veras es una mosca, ésta, es probable que logre eludir el primer ataque, y el segundo podrá hacerse, si no con éxito, al menos sin peligro. No bien hubo terminado de hablar la trucha, vieron que un gobio se lanzaba contra la simulada mosca y se convertía en un ejemplo, para la precipitada hija, de la importancia del consejo de la madre.” Y de oportuna paciencia, añado, como así ya observaba el iniciador de la gerencia moderna y científica Peter Drucker (1909-2005) en quienes actuaban como ejecutivos eficientes: “Saben que tomar decisiones apresuradas es tomar decisiones equivocadas.”
¡Igualito que en la fábula!
¿Nos atrevemos a entrenamos pacientemente?